El Presidente de Francia, François Hollande, llegó esta mañana hasta la iglesia de Saint Etienne du Rouvray donde dos secuestradores tomaron de rehén a un cura -que fue degollado- dos religiosas y dos fieles, mientras se celebraba una misa matinal.
En el lugar, el Mandatario condenó los hechos que siguen enmarcando al país en un clima de tensión, a doce días del ataque en Niza y a menos de un año de los múltiples atentados en París.
Además, aseguró que los dos secuestradores eran terroristas que reivindicaron pertenecer al "Estado Islámico".
El temor a un ataque a un recinto católico en Francia ya estaba instalado, luego de que la policía diera a conocer que se evitó un atentado en una iglesia en las afueras de la capital gala.