A pocos días de asumir el poder en Francia, el 15 de mayo, el presidente electo, François Hollande, comenzó hoy sus contactos internacionales a alto nivel, al recibir la visita del máximo dirigente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
El político belga acudió a París para despedirse del presidente saliente, Nicolas Sarkozy, que poco antes había encabezado por última vez un Consejo de Ministros.
Hollande, que ha mostrado su intención de revisar el pacto europeo de estabilidad, conversó algo más de media hora con Van Rompuy, a quien le expresó su deseo de establecer "una estrategia de crecimiento", más necesaria en tiempos de crisis, según afirmó su vocero, Pierre Moscovici.
Mañana tiene previsto reunirse con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, en una ronda de consultas a petición de los líderes europeos y con la intención de mantener informado a Hollande de la situación de Europa, en particular de Grecia, señaló Moscovici.
Pero el vocero de Hollande aseguró que el presidente electo quiere respetar los plazos y no tomará decisiones hasta que el próximo martes se instale en el Elíseo.
AUSTERIDAD Y CRECIMIENTO
Será entonces, una vez nombrado su nuevo gobierno, cuando Hollande enviará a sus colegas europeos un memorándum en el que expresará su voluntad de reorientar Europa y darle un cariz menos austero.
"Encontrar la dinámica de crecimiento es vital", en particular en tiempos de crisis, subrayó Moscovici, que está llamado a ocupar un puesto importante en el futuro gobierno francés.
Durante su campaña, Hollande apostó por cambiar el estatus del Banco Central Europeo y del Banco Europeo de Inversiones, introducir una tasa sobre las transacciones financieras y mejorar los fondos de cohesión.
Todos esos puntos figurarán en su propuesta al resto de los líderes de Europa y estarán también en la agenda de la entrevista que tiene previsto mantener en Berlín con la canciller federal, Angela Merkel, durante su primer viaje al extranjero ya como presidente.
Recluido en su cuartel general, del que apenas ha salido en los últimos días, Hollande ha recibido también llamadas de líderes de fuera de Europa.
En los dos últimos días lO han telefoneado los mandatarios de Argentina, Cristina Fernández y de Rusia, Vladimir Putin; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el primer ministro irlandés, Enda Kenny.
Además, ha recibido la visita del ministro marroquí de Exteriores, Saadedin al Otmani, quien "aportó un mensaje del rey (Mohamed VI) y del gobierno", afirmó Moscovici.
CONSEJO DE GABINETE
En paralelo, el Elíseo vivió hoy el último Consejo de Ministros encabezado por el premier, François Fillon, que mañana presentará su dimisión y se limitará a gestionar el día a día hasta que se instale el nuevo gabinete.
"No tenemos derecho a la amargura", afirmó Sarkozy a sus ministros, según narró al término del Consejo la portavoz del Ejecutivo, Valérie Pécresse.
El mandatario galo indicó que hay que estar "agradecido a los franceses por estos cinco años maravillosos, difíciles en el plano político, económico y social, pero ricos en encuentros".
El futuro del presidente saliente sigue siendo una incógnita y la reunión del Ejecutivo no sirvió para despejar dudas. Pécresse dejó entrever que pasará más tiempo con su familia y que estará disponible para ayudar a su partido político, pero no profundizó en detalles.
Fillon, por su parte, defendió su labor "en un clima de crisis europea y mundial que todavía no han terminado y que han tenido una violencia no conocida".
El nombre del todavía primer ministro es uno de los que más suena para retomar la bandera del partido conservador UMP, huérfano de Sarkozy, de cara a las elecciones legislativas del próximo mes.