El socialista François Hollande, ganador de la  primera vuelta de la presidencial francesa, y el Presidente Nicolas Sarkozy, que quedó segundo, comienzan la carrera con miras a la segunda vuelta buscando atraer a los electores de la ultraderecha, sector que obtuvo un resultado récord ayer y serán claves el 6 de mayo.

Según los resultados oficiales definitivos, Hollande obtuvo el 28,63% de los votos, Sarkozy un 27,18% y Marine Le Pen, del ultraderechista  Frente Nacional (FN), un 17, 90%. Les siguen el candidato de la izquierda radical  Jean-Luc Mélenchon, con 11,11%, el centrista François Bayrou con 9,13%, y la  ecologista Eva Joly (2,31%), detalla Afp. Además, El escrutinio oficial muestra que la abstención fue del 20,53 %, es decir, 9.451.687 electores sobre los 46.037.545 convocados a las urnas. Los votos en blanco o nulos (700.119) representaron el 1,91 %.
 
El caso de Le Pen no es menor, ya que supera el registro logrado por su padre, Jean-Marie Le Pen, en 2002 (16,86 %) cuando accedió a la segunda vuelta por delante del socialista Lionel Jospin, apunta Efe.

Sarkozy afirmó hoy que hay que "aportar una respuesta" al alto nivel  de votos de la extrema derecha y anunció una "gran manifestación el 1 de mayo"  en torno al tema del "verdadero trabajo", concidiendo con los desfiles  sindicales del Día de los Trabajadores, tradicionalmente de izquierda. En la misma fecha la ultraderecha francesa también organiza desde años una  manifestación.

Hollande, favorito en los sondeos, ya obtuvo el apoyo del Frente de  Izquierda de Mélenchon y de los ecologistas, y emprende hoy su nueva  campaña en Bretaña (oeste) para conseguir los votos que le aseguren la mayoría  absoluta el 6 de mayo.

"Nicolas Sarkozy necesita un segundo arranque. Ante todo por parte de los electores de Marine Le Pen, que a pesar del éxito de su candidata estarán huérfanos en la segunda vuelta". <br/><br/> <strong>Diario Le Figaro,</strong>

El candidato socialista, que confía en su capacidad de llevar al poder a la  izquierda, que no ha dirigido el país desde hace 17 años, acusó a Sarkozy del  repunte de la ultraderecha. "Hay electores que optaron por ese voto por ira,  y es a ellos a quienes quiero escuchar", afirmó.

Los socialistas tratarán de convencer en particular a las clases populares  decepcionadas por la izquierda en los años 80 y que dieron su voto al Frente  Nacional.

Sarkozy, por su lado, se enfrentará en los próximos días a una ecuación  difícil: atraer al mismo tiempo a los electores centristas y a los de extrema  derecha.

El candidato centrista François Bayrou indicó tras la primera vuelta que  interrogaría a los dos finalistas y decidiría su actitud para la segunda vuelta  en función de sus respuestas.

Marine Le Pen, por su parte, indicó que hablaría al respecto el 1º de mayo,  pero sin duda no llamará a votar por ninguno de los dos candidatos que quedan  en liza.

"Nicolas Sarkozy necesita un segundo arranque. Ante todo por parte de los  electores de Marine Le Pen, que a pesar del éxito de su candidata estarán  huérfanos en la segunda vuelta", escribió el diario Le Figaro  (favorable a Sarkozy), agregando que "toda abstención constituirá una ayuda al  candidato socialista".

PREOCUPACION

La fortaleza de la ultraderecha en la segunda economía de la Eurozona inquieta en Europa.

La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, considera "preocupante" el buen resultado del Frente Nacional de  Marine Le Pen en la primera vuelta, declaró  en Berlín un vocero del gobierno.

"El ascenso de Le Pen condiciona la segunda vuelta en Francia", tituló por  su lado el diario español El País, recalcando que "el socialismo resucita en  Francia" y que los franceses "castigaron" a Sarkozy, pero que éste tiene "aún margen de maniobra".

Bajo el título "Victoria agridulce de la izquierda", el periódico británico The Guardian señaló que François Hollande está "en la cresta de la ola", pero que los resultados sorprendentes de Marine Le Pen han enfriado los entusiasmos.

El lunes, las principales bolsas de Europa abrieron en baja tras los  resultados de la primera vuelta de la presidencial francesa.

Paralelamente, el rendimiento de las obligaciones a 10 años de Francia  subía en la apertura de los mercados el lunes, lo que muestra un cierto  nerviosismo de los inversores por esos resultados.