Durante una década un donante holandés (que no ha querido revelar su identidad) ha recorrido 11 clínicas de fertilidad para donar su esperma. Producto de esto, el hombre ahora es el padre biológico de al menos 102 niños.

El sujeto confesó al diario AD que "no quería tener el mayor número posible de hijos; era para hacer feliz a la gente".

Según las leyes holandesas de donación de esperma de 2004, un hombre puede donar un máximo de 25 veces en una misma clínica con un pago por donación de 25 euros. De esta forma buscaban evitar problemas de consanguinidad posible en la vida adulta de los hijos nacidos por la donación. El problema es que la norma presenta una laguna legal: no hay registro de los donantes.

Este nuevo caso ha sacado a la luz las deficientes leyes del país respecto a las donaciones de esperma. Es por eso que clínicas de fertilidad y la Sociedad Holandesa de Obstetricia y Ginecología (NVOG) se reunió el pasado miércoles para exigirle a las autoridades del Ministerio de Sanidad un cambio en la legislación.

"Definitivamente necesitamos un registro nacional para que todo semen usado para un tratamiento de fertilidad quede registrado y que los centros tengan autorización para acceder y asegurarse de que un donante no tiene más de 25 hijos", lamentó a Efe Jesper Smeenk, de la NVOG.

Un registro a nivel nacional permitirá que se compruebe las veces que una persona ha donado su esperma. Además exigieron que no se siguiera utilizando las donaciones de este hombre.