Hombres se compran ropa interior por sí mismos cuando quieren seducir

Según una encuesta, los jóvenes permiten que sus madres les compren calzoncillos hasta los 19 años.




El estudio del minorista británico Debenhams reveló que los hombres por lo general permiten que sus madres les compren la ropa interior hasta los 19 años, relativamente tarde si se compara con las mujeres, que empiezan a comprársela sobre los 13 años.

Entre los 19 y los 23 años, los hombres tienden a comprarse sus propios calzoncillos, hasta 31 pares al año con la creencia de que llevar ropa interior nueva es un requisito esencial para una relación.

Estas compras van disminuyendo hasta llegar a cero entre los 23 y los 33 años, porque muchos hombres mantienen relaciones estables y permiten a sus parejas que se los compren, a menos que aún estén buscando a su media naranja.

"Nuestra investigación demuestra que puedes decir cuándo un hombre está buscando pareja por el número de calzoncillos nuevos que se compra", dijo el jefe de accesorios para hombres de Debenhams, Rob Faucherand.

"Si se compra más de 31 pares al año entonces, o bien está intentando desesperadamente impresionar a la mujer de su vida, o por otro lado ella no es la elegida", indicó.

Sin embargo, Faucherand afirmó que si tu hombre no va a menudo a la sección de ropa interior por iniciativa propia, y en su lugar asume que tú elegirás por él, entonces puedes estar segura de que tu relación está en una fase muy estable.

La encuesta también revela que la compra de ropa interior entre los hombres repunta otra vez brevemente entre los 38 y los 40 años, cuando algunos han sufrido rupturas y buscan nuevas parejas.

La incidencia de este nuevo entusiasmo dura poco, sin embargo. Sufre un declive importante y baja hasta cero otra vez a la edad de 44, cuando la mayoría tiene otra vez una relación estable.

Después de los 44 años, la mayoría de los hombres se mantiene al margen de la sección de ropa interior para el resto de sus vidas, y dejan toda la responsabilidad de sus calzoncillos a las mujeres, según Debenhams.

"Este es el único asunto que el feminismo nunca ha tratado", dijo Faucherand. "No se trata de quién lleva los pantalones en cada casa, es quién tiene que comprarlos lo que cuenta", aseveró.

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