Cuando Homeland se estrenó en 2011, parecía ser el comienzo de la historia de una nueva serie favorita de la crítica y los premios, tipo Breaking bad o Mad men. Dominó los Globos de Oro del año siguiente e hizo lo propio con los Emmys. Pero la persecución y romance de la agente de la CIA Carrie Mathison (Claire Danes) con el soldado transformado en terrorista Nicholas Brody (Damien Lewis), hacia el final de su tercer ciclo, había tenido tantos giros -algunos poco plausibles para una serie que había mantenido cierta cuota de realismo- que parecía bajarse del olimpo televisivo.
Pero de ahí en adelante, la serie ha vivido un renacer, sabiendo reinventarse como un thriller de espías, temporada a temporada. Tras la muerte de Brody en el tercer ciclo, la historia trasladó la acción fuera de Estados Unidos -Medio Oriente y Berlín- y reencantó a la crítica.
Ahora, con su sexta temporada -que se estrena en Chile el lunes a las 23 horas a través de Fox Action- la historia volverá a sus orígenes, realizándose nuevamente en suelo norteamericano.
La razón es una mezcla de contingencia y obligación. "Generalmente partimos la producción yendo a la CIA y asesorándonos con expertos sobre cuáles son los lugares más interesantes del mundo donde podríamos desarrollar la historia, y hemos tenido muy buenos resultados con eso", dice Chip Johannessen, productor ejecutivo y guionista de la serie, agregando: "Pero, este año, sabíamos que teníamos que hacer la serie en Nueva York. Y es que hemos tenido a Claire Danes dos años trabajando al otro lado del Atlántico, y tiene un hijo pequeño que comienza el colegio. Entonces quería estar allí, y todos estuvimos felices de acomodarnos. Además resultó ser una buena decisión, porque lo que está pasando en nuestro país es de lo más interesante en el mundo hoy en día".
Y es que siendo una serie que se centra -muchas veces de forma polémica- en las políticas de inteligencia de la CIA y Estados Unidos, la nueva temporada de Homeland estará permeada por la convulsionada realidad de ese país el último año. De hecho, la acción transcurrirá entre una elección presidencial y el día del cambio de mando, justo cuando el país norteamericano se acerca al inicio del mandato de Donald Trump.
Eso sí, como la serie se filmó mucho tiempo antes de las elecciones, la historia tiene un detalle alejado de la realidad: la Presidenta electa es mujer. "Independiente que el personaje no se parece en nada a Hillary Clinton, sé que se puede ver como un aspecto muy desconectado de la realidad", admite Johannessen. "Pero creo que hay otros aspectos que predijimos muy acertadamente. Uno de ellos es la falta de consenso sobre lo que es real; el uso de la desinformación para dar noticias. Todo eso juega una parte fundamental en la historia", agrega.
Otro evento de la vida real al que la serie se adelantó fue el conflicto en las últimas semanas entre Trump y la CIA, con el Presidente electo negándose a recibir informes de seguridad, y desestimando el reporte sobre la implicación de Rusia en el ataque cibernético al partido Demócrata. "Es gracioso, porque algo similar es parte importante de nuestra trama, la idea de un desacuerdo profundo entre el Presidente electo y los organismos de seguridad nacional. Lo que nos interesaba era ver cómo, cuando un gobernante dice: 'No me interesa la CIA', estos últimos van a reaccionar. Y estoy seguro que Donald Trump lo va a averiguar por su lado también", dice Johannessen.
Una espía en Nueva York
Al igual que en el ciclo anterior, la sexta temporada verá a Carrie Mathison fuera de la CIA. Esta vez, se encuentra trabajando en una organización que ayuda a musulmanes discriminados en Nueva York. "La veremos lo más alejada que ha estado de la CIA. No sólo está afuera, sino que derechamente se opone a la organización en la que estaba su corazón al principio de la serie", explica el productor. Aun así, parte del arco dramático del personaje durante este ciclo será el cómo se da cuenta que no puede evitar volver a sus orígenes. "Creo que luego de este punto, de estar lo más ajena a este mundo, sólo puede comenzar un camino de retorno a la CIA, y volver a ser parte activa de eso. Veremos hasta qué límite llega su alejamiento, y cómo inevitablemente eso va a derivar en un regreso a casa", agrega Johannessen.
La temporada vendrá además a responder una de las mayores interrogantes de la audiencia tras el último episodio del ciclo anterior: ¿Qué pasó con Peter Quinn (Rupert Friend)? Uno de los mayores aliados -y ocasional interés romántico- de Carrie terminó la temporada 5 en una cama de hospital tras ser víctima de un ataque químico. En el capítulo final, la protagonista parecía dispuesta a desconectarlo de su ventilador artificial, para sacarlo de su miseria.
Como fue revelado meses atrás, finalmente Quinn no está muerto. Eso sí, su destino no fue necesariamente favorable. "Peter Quinn definitivamente está de vuelta, y su relación con Carrie, y el daño que ha sufrido, es el núcleo emocional de la temporada. Desde el principio de la serie hemos querido mostrar cómo estas personas que trabajan en seguridad nacional por todos nosotros, pueden estar muy dañadas. Y Quinn está en un punto en que realmente está pagando el precio por su trabajo", dice Johannessen, agregando: "Está muy dañado mental y físicamente. Y eso va a influir mucho en Carrie, por la culpa que tiene en lo sucedido. La dinámica se va a poder apreciar en los primeros segundos de la nueva temporada".