El homínido "Lucy" sigue proporcionando información sobre la evolución humana 42 años después de su descubrimiento. Nuevos escáneres de su estructura ósea han demostrado ahora que la hembra pasó gran cantidad de tiempo en los árboles.
Según un artículo publicado hoy por la revista PLOS ONE, la "relativa fortaleza" de los brazos y piernas de este Australopithecus afarensis demuestra que se encontraba a medio camino de desarrollo entre los chimpancés y los humanos modernos.
Christopher Ruff y sus compañeros de la Escuela de Medicina Johns Hopkins (Maryland, Estados Unidos) han arrojado luz sobre cómo andaban por el suelo los primeros antecesores humanos y sobre el uso de sus largas extremidades superiores para este fin.
Los investigadores compararon pequeñas tomografías de rayos X -mediante la recreación de un modelo 3D del húmero y el fémur de "Lucy"- con los huesos superiores del brazo y de la pierna de humanos modernos y chimpancés.
Los escáneres revelan que esta Australopithecus afarensis se movía a través de los árboles utilizando sus brazos para encontrar comida y escapar de los depredadores.
Mientras que sus habilidades para desplazarse por el suelo eran "menos eficientes" que las de los humanos actuales, un hecho que revela que guardaban mayores similitudes con los chimpancés y que el desplazamiento por los árboles era todavía muy importante para nuestros primeros antepasados.
"Esta es la evidencia más directa de que 'Lucy' y sus parientes pasaban gran parte de su tiempo en los árboles", concluyó Ruff.
Desde que el paleontólogo estadounidense Donald Johanson descubriera en 1974 los restos de "Lucy" en la región de Afar, en Etiopía, muchos han sido los hallazgos científicos asociados a este eslabón de la evolución humana.
"Lucy" es uno de los fósiles más antiguos del mundo, con 3,2 millones de años, fue el primer homínido que caminó erguido y su estudio ha aportado grandes conocimientos de la evolución.