CUANDO DOS palabras tienen distinto significado, pero suenan igual, se dice que son homófonas, como "votar" y "botar" o "errar" y "herrar". Y, cuando dos palabras tienen distinto significado, pero se escriben de igual manera, se dice que son homógrafas, como el sustantivo "ante" y la preposición "ante".

Lo anterior, a raíz de las observaciones del lector Alberto Ariste Hidalgo, que indica que en el artículo de opinión "Amoris Laetitia" del columnista Jorge Navarrete, publicado el 10 de abril, se genera confusión con un subtítulo destacado con vocablos homófonos. "En referencia a la reciente exhortación apostólica del Papa Francisco, el autor emplea 'consiente' en lugar de 'consciente'. Creo que lo que quiso expresar el Papa es que 'está consciente de la fragilidad de la condición humana'. Es decir, que tiene conciencia, que sabe perfectamente o que posee conocimiento acerca de la inconsistencia de la condición humana. En cambio, 'consiente', es una forma verbal de 'consentir', que significa permitir, admitir o aprobar'".

En la misma columna, también notó falta de precisión sobre el número de páginas que tiene el documento pontificio: el columnista señala que "quienes se aventuren a leer estas 262 páginas (...)" y en una columna vecina, titulada "Ecos de una Noticia", el diario argentino "La Nación" indica que "Las 362 páginas del documento (...)". El lector Ariste señala: "Pónganse de acuerdo: ¿son 262 o 362 páginas?"

Al texto le faltó una segunda lectura porque el error resulta evidente. La frase completa dice "Lo que trasuntan estas letras no es ni más ni menos que la mirada de un hombre común, honesto, consiente de la fragilidad de la condición humana (...)". Debió escribir "consciente". Cabe agregar que en su exhortación apostólica sobre el amor en la familia, el Papa no "consiente" -esta vez con letra ese- el matrimonio entre homosexuales. Y, más allá del número de páginas, si son 262 o 362, el documento se publica completo en el sitio vatican.va amoris laetitia.

Con pedigrí

Los valores republicanos nacieron en Grecia y Roma, pero aparecen y desaparecen en nuestra historia. Cobraron fuerza en las revoluciones norteamericana y francesa, siempre pensando en una mayor dignidad del hombre. Algunos sostienen que estos valores sólo significan la defensa de la república como forma de Estado. Pero, es también una declaración a favor de los ciudadanos, que consiste en el ejercicio efectivo de valores como libertad, igualdad y fraternidad, a los que se suman responsabilidad, justicia y tolerancia, entre otros.

La lectora Nedda Ferreti señala que el diario usa con frecuencia el término "republicano", pero que a su juicio sólo está de moda. "En fecha reciente leí que la nueva mesa de los diputados (...) prepara hace varios días un discurso que será 'republicano'", y pregunta: "¿qué quieren decir con eso?".

Los políticos suelen usar el adjetivo "republicano" con un sentido amplio, de algo que está más allá del debate y que interesa a todos por igual, porque contiene una visión de Estado. Como sea, es un término con pedigrí, que suena bien. También hay un movimiento político que lleva ese nombre, e incluso unos sándwiches generosos, que se llaman "republicanos".