No es habitual que en el ámbito de la música chilena de tradición escrita -comúnmente denominada docta-, la obra de un compositor nacional logre traspasar fronteras. Tampoco que esa grabación sea realizada por uno de los principales exponentes de un instrumento en el mundo. Por lo tanto, el medio artístico local tiene motivo para enorgullecerse con el reciente lanzamiento del guitarrista australiano John Williams. Pero no confundir con el también famoso compositor de música de películas del mismo nombre.
El disco, titulado Concerto, comprende tres obras para guitarra y orquesta pequeña, interpretadas por Williams junto a la prestigiosa English Chamber Orchestra, dirigida por Paul Daniel, otro músico de gran renombre internacional. Una de las piezas es la composición Danzas Peregrinas, del músico chileno Horacio Salinas, fundador de Inti-Illimani y actual líder de Inti-Illimani Histórico. No es primera vez que su nombre aparece en un disco del mercado internacional de la música clásica. Años antes, el guitarrista nacional José Antonio Escobar había grabado una pieza de Salinas en un disco de obras chilenas para guitarra sola, publicado por el sello Naxos en 2008.
El origen de esta historia se remonta a 1979. Ese mismo año se realizó en el Royal Albert Hall un concierto de solidaridad con los pueblos latinoamericanos, donde los músicos de Inti-Illimani compartieron cartel con Williams y el guitarrista flamenco Paco Peña. Fue el inicio de la amistad de Salinas con el oceánico, considerado por muchos como el mejor guitarrista posterior a Andrés Segovia. Williams y Peña se unirían al conjunto chileno en dos discos colaborativos, Fragments of a Dream y Leyenda, de 1987 y 1990, respectivamente.
Precisamente, parte del material de esos álbumes constituyó la base de las Danzas Peregrinas. "En 2003, John vino a Chile a tocar con nosotros", relata Salinas, "era la época de las celebraciones por los 150 años de la Orquesta Sinfónica de Londres, así que él habló con el director Lorin Maazel, curador de los eventos, le mostró mi música, y cuando nos juntamos acá me pidió formalmente la obra, ya que quería tocar algo mío junto al Concierto de Aranjuez". Salinas trabajó entonces con piezas que habían hecho con Williams, como Palimpsesto, Danza di Cala Luna, y la muy conocida El Mercado de Testaccio, junto a un preludio originalmente escrito para dos guitarras. También la Danza de Dalarna, dando como resultado una suite en cinco movimientos.
La obra, que incluye además de la guitarra partes solistas para charango y vientos, se estrenó el 24 de noviembre con Williams, el charanguista de Inti-Illimani Horacio Durán, y el intérprete de vientos Richard Harvey, junto a la Sinfónica de Londres en el Centro Barbican de la capital inglesa. El hecho de que fuera esa orquesta es un dato no menor. "Cuando viajamos al estreno, averigüé si en la orquesta había tocado antes algún músico chileno", cuenta el compositor, "pero en sus anales no aparecía nada". El motivo de orgullo para Salinas fue evidente. "Soy representante de la música chilena", sintetiza.
El disco compacto, que pronto estará disponible en nuestro país, fue grabado el año pasado en los míticos estudios AIR de Londres, e incluye otras dos obras de los compositores Stephen Goss y Ross Edwards, galés uno y australiano el otro. Por el momento, Salinas se encuentra muy activo, tanto como compositor, como con el trabajo junto a Inti-Illimani Histórico. "Estoy haciendo una serie de estudios para guitarra, un poco como los de Villa-Lobos, aunque menos exigente en lo técnico", cuenta, "y con el grupo acabamos de grabar un disco de canciones de amor de Patricio Manns de su primera época. Luego queremos embarcarnos en un proyecto que contraste con este, probablemente un disco de música instrumental", revela. Otras interesantes sorpresas podrían avecinarse. El compositor y pedagogo Gabriel Brncic, uno de los más importantes nombres de la creación contemporánea chilena, manifestó que está trabajando en una pieza pensada para Inti-Illimani Histórico, lo que Salinas califica como "un gran honor". También está la posibilidad de que el conjunto estrene una obra escrita para ellos durante los 70 por el compositor alemán Hans Werner Henze, fallecido en 2012, y considerado un referente de la creación musical moderna. Consultado Salinas sobre si le gustaría componer para la orquesta sinfónica, responde: "Sí, lo he pensado muchas veces. Mi postura musical tiene mucho que ver con la danza y su importancia en la música popular. Si lo hiciera, quizás sonaría como una versión chilena de las Danzas Húngaras de Brahms".