Desmayada y en los brazos de un carabinero debió regresar al servicio de Urgencia del Hospital de Talca la joven madre Camila González (22), quien horas antes había sido derivada a su hogar con un aborto retenido de ocho semanas, pese a los dolores y contracciones que dijo sentir.

"Me siento muy mal, psicológica y físicamente, porque tengo una guagua muerta, aquí dentro y no me la quieren sacar", expresó la joven madre en los minutos previos a su segundo regreso a Urgencia, en horas de esta madrugada.

Según la versión de la paciente, ella acudió durante la tarde a un control de rutina, donde le informaron que su bebé había muerto y le indicaron que debía regresar a su casa y esperar el momento en que evacuaría el feto.

Sin embargo, la joven se sintió mal y durante la noche acudió al servicio de urgencia de maternidad, donde le reiteraron que debía volver a su hogar y esperar el proceso natural de evacuación del feto. La mujer no resistió los dolores y poco antes de las 2.00 llamó al 133, solicitando ayuda de carabineros, quienes la llevaron nuevamente al hospital, pero esta vez desmayada.

Según el parte policial que fue derivado a la fiscalía local, la paciente quedó "hospitalizada con la finalidad de inducir aborto espontáneo".

La dirección del cuestionado hospital, en tanto, declinó referirse al caso.