El mayor destino turístico del mundo implementó la categoría cinco estrellas a su sistema de clasificación hotelera y los establecimientos del país están solicitando en masa ser incluidos, creyendo que una mejor categoría atraerá a personas de mayor poder adquisitivo.
Hasta este año, Francia estaba en la curiosa posición de ser sinónimo de alta cultura, refinación y lo mejor en materia de comida y bebidas. Sin embargo, no tenía ninguno de los hoteles de cinco estrellas que se encuentran en otras partes de Europa.
"Muchas personas han preguntado por qué incluso los denominados palacios de aquí, como Georges V y el Hotel Plaza Athenee, solo tenían cuatro estrellas", dijo Francoise Parguel, vicepresidente de comunicaciones de la cadena Sofitel.
París ahora cuenta con 13 hoteles cinco estrellas, de acuerdo a la oficina de turismo de la ciudad. Para muchos, incluyendo Sofitel, la quinta estrella simplemente es la culminación de programas de renovación más largos que apuntan a acceder a un segmento superior en el mercado.
Los hoteles que solicitan tener el máximo estatus deben satisfacer cientos de criterios, desde el tamaño de las habitaciones hasta la existencia de teléfonos en los baños.
"¿Por qué una quinta estrella? Mientras antes sólo se solía tener una cuarta estrella de lujo, hoy se trata de poner a los establecimientos franceses en el mismo nivel que su competencia internacional", dijo la oficina de prensa de Concorde Hotels & Resorts, propietaria de Le Palais de la Mediterranee en la Costa Azul.
CINCO ESTRELLAS
El Gobierno espera que la categoría cinco estrellas ayude a Francia a sobrellevar mejor la crisis financiera: el sector hotelero aguantó mejor que los de países vecinos, pero sufrió una caída de turistas británicos y estadounidenses, informó Deloitte en su informe del invierno boreal del 2009.
Un sistema de calificación más estandarizado podría recuperarlos.
Los analistas dicen que la resistencia del sector se debe más a los hoteles de menos presupuesto que a los de más alto nivel, que se han quedado atrás de los de otros países como Gran Bretaña.
"Es una operación de marketing y no cambia mucho desde un punto de vista operativo", afirmó Guillaume Rascoussier, analista del sector hotelero de Oddo Securities. Una quinta estrella no podría justificar un alza de tarifas, añadió.
CALIDAD DE LA ESTRELLA
La disminución de la demanda, los tiempos más breves de reserva y la presión sobre las tarifas por habitación promedio dieron lugar a una caída de un 14 por ciento en las ganancias por habitación disponible en la primera mitad del 2009, informó Deloitte.
Pero París de todos modos tuvo el índice más alto de ocupación en la zona euro, con un 74 por ciento, y la segunda tarifa más alta después de Venecia en la primera mitad de este año, explicó.
España se ha visto muy afectada por la competencia de Turquía y el norte de Africa, así como por la disminución del número de visitantes de Gran Bretaña debido a la depreciación de la libra respecto al euro.
"Pese a que más países europeos salen de la recesión, podría tomar algo de tiempo para que el negocio y la demanda turística se recuperen y que los hoteleros empiecen a reportar nuevamente resultados positivos", afirmó Deloitte.
HOTELES ECONOMICOS
Si bien Francia es conocida por su elite cultural, son los hoteles económicos los que han resistido mejor la crisis financiera.
"Francia depende menos del segmento superior que Alemania o España. Los hoteles económicos en Francia representan una parte mucho mayor de la red total que en otros países como Alemania o España donde ese sector está mucho menos desarrollado", dijo Rascoussier de Oddo.
Accor, el mayor grupo hotelero de Europa, debió recortar costos para ayudar a sobrellevar la disminución en la demanda para sus sectores superior y medio, pero dijo en octubre que su segmento económico en Francia había mostrado mayor capacidad de recuperación.
Por el momento, los hoteles de lujo declaran que seguirán apuntando a personas adineradas en lugar de dirigirse al mercado masivo.
Le Meurice de París, conocido por sus techos ilustrados y su famoso chef, se embarcó en una renovación de 6 millones de euros (8,84 millones de dólares) hace dos años, antes de la iniciativa cinco estrellas.
"No sentimos necesidad de apuntar al mercado masivo", dijo la portavoz de Le Meurice, Anne Vogt-Bordure. "Después de todo somos un palacio", concluyó.