El joven de origen checheno Dzhokhar Tsarnaev se enfrenta a partir de hoy al juicio por los atentados contra el maratón de Boston de 2013, que dejaron tres muertos y decenas de heridos.
Tras la muerte de su hermano durante la persecución que siguió al ataque en la ciudad estadounidense, Tsarnaev es el único acusado en esta instancia y podría ser sentenciado a la pena de muerte.
El proceso arrancará con la selección hoy del jurado y podría prolongarse durante dos o tres semanas. Los fiscales llamarán a declarar a entre 80 y 100 testigos, y el juicio podría prolongarse durante cuatro meses. Los abogados de Tsarnaev han apuntado que el acusado estará presente, aunque es poco probable que declare.
Todo apunta a que la sala estará repleta de medios de comunicación, familiares de víctimas y supervivientes. De ser necesario, serán repartidos en salas aledañas desde las que podrán seguir el juicio por circuito interno de televisión.
Sobre el detenido, de nacionalidad estadounidense y 21 años, pesan 30 acusaciones, incluido el uso de armas de destrucción masiva.
Dzhokhar Tsarnaev tenía 19 años cuando él y su hermano Tamerlan, de 26, detonaron supuestamente dos mochilas que contenían ollas a presión llenas de explosivos y clavos. Las habían colocado entre los espectadores de la recta final de la maratón que se celebraba aquel 15 de abril y después abandonaron la escena de los atentados.
Las explosiones mataron a tres personas, entre ellas un niño de ocho años que estaba viendo la carrera con su hermana y sus padres. La niña, de seis años, perdió una pierna, y la madre, un ojo. Más de 260 personas resultaron heridas y decenas de ellas perdieron alguna extremidad.
La persecución de los dos hermanos mantuvo en estado de alerta la región durante cinco días y en ella murieron un guardia de seguridad y Tamerlan. Después de que los jóvenes intentaran robar un vehículo se produjo un tiroteo con la policía. Tamerlan resultó herido y fue apresado y esposado y Dzhokhar lo arrolló con el vehículo al intentar huir.
El pequeño de los hermanos fue localizado el día siguiente, herido y escondido en una pequeña embarcación que se encontraba estacionada en el jardín trasero de una casa. "El gobierno estadounidense está matando a nuestros civiles inocentes", escribió en el bote, según la acusación. "No puedo soportar cómo semejante maldad queda sin castigo. Los musulmanes somos un solo cuerpo, si nos hieren a uno, nos hieren a todos".
La transformación de Tsarnaev, estudiante y capitán de su equipo de lucha, en un islamista violento dejó desconcertados a quienes lo conocían y paralizó al país. "¿Por qué unos jóvenes que crecieron y estudiaron aquí recurrieron a esa violencia?", se preguntó entonces el presidente estadounidense, Barack Obama.
Según uno de los tíos de los jóvenes, Ruslan Tsarni, estos parecían unos "perdedores" que odiaban "a aquellos que lograban adaptarse" con éxito a la vida estadounidense. Otra de sus tías, Maret Tsarnaeva, fue la que ayudó a la familia de su hermano -originaria de Chechenia- a solicitar estatus de refugiados en Estados Unidos en 2002, cuando salieron de Kirguistán.
En la acusación figuran detalles sobre propaganda yihadista, incluidas publicaciones de Al Qaeda encontradas en el PC de Dzhokhar y material para la fabricación de bombas que los hermanos pidieron por Internet.
Hasta ahora tres compañeros de clase de Dzhokhar fueron condenados por obstrucción a la justicia tras retirar evidencias de la habitación de Tsarnaev en la universidad. Otro amigo fue condenado por proporcionar a los hermanos el arma que provocó la muerte del guardia de seguridad. También está acusado de obstrucción a la justicia otro hombre, un taxista de Kirguistán llegado a Estados Unidos en 2010 de forma legal.