El abogado Raimundo Labarca dedica, desde hace 15 meses, el 80% de su tiempo al caso cascadas. Es el defensor de Julio Ponce, con quien se junta una o dos veces por semana, pero habla por teléfono todos los días. "Está absolutamente al tanto del caso", dice. El abogado y su cliente sabían que una sanción era un escenario posible, pero les sorprendió, dice Labarca, el contenido del dictamen de 731 páginas informado el martes. "La sorpresa fue porque nos sancionaron por una cuestión distinta respecto de la cual habíamos sido formulados de cargo. Aquí existe una desviación total de parte del superintendente de lo que había sido la acusación y de lo que terminó siendo finalmente la sanción".

Labarca lo explica de la siguiente manera: en septiembre de 2013, la SVS acusó la existencia de una serie de venta de acciones de las sociedades cascadas, por debajo de los precios de mercado, a sociedades relacionadas a Julio Ponce, las que luego se revendían a las cascadas a precios por sobre mercado. La segunda acusación, complementa Labarca, era haber escogido mecanismos bursátiles que, por su difusión y su modalidad, excluían la participación de terceros. "La formulación de cargos está repleta de menciones respecto a que ese era el eje central (…) Hay más de 80 citas que dejan de manifiesto que los cargos se formularon porque las operaciones no habían sido a precios de mercado. Así por lo demás lo recogió la prensa, el Consejo para la Transparencia y la propia SVS, que mediante una resolución dictada en el procedimiento, accedió a que rindiéramos prueba sobre lo que se denominó 'los ejes centrales de la formulación de cargos'. Por lo tanto, los precios de mercado y las modalidades bursátiles sí eran los ejes centrales para la propia autoridad".

"¿Y qué es lo que hace la resolución sancionatoria? Se olvida de los precios de mercado y las modalidades bursátiles y sanciona en definitiva a mi cliente por cuanto, en su concepto, se hicieron muchas operaciones, muchos remates y por montos muy altos. Ya no se reprocha que los remates se hicieron en un solo lote, con poca difusión. Ahora se imputa que se habrían vendido acciones a ciertas sociedades relacionadas a mi cliente y esas acciones, con posterioridad, habrían sido vendidas a un precio superior. Nosotros no nos defendimos de eso, porque ese no era el cargo. En su resolución sancionatoria, la SVS llega al extremo de señalar que la formulación de cargos 'nunca' cuestionó los precios de mercado. O sea, la prueba que ella misma concedió y que profusamente rindieron las partes, fue un verdadero show.

Pero el fondo de la acusación es el mismo: Un esquema coordinado para extraer utilidades y después asegurar la recompra, para mantener el control.

No. Lo único similar que tiene la formulación de cargo con la resolución sancionatoria es que ambas ocupan la palabra esquema.

Pero mantiene las mismas cinco infracciones de hace un año.

Es que si nos hubieran cambiado las normas infringidas, ya eso sería de Ripley.

La SVS desvirtúa que la crisis subprime haya sido el causante del esquema…

La SVS dice que daba lo mismo que hubiéramos presentado informes de Keynes, Smith y Milton Friedman y de todos los premios Nobel de Economía, porque lo importante para sancionar es que aquí existió una multiplicidad de operaciones que tuvieron un resultado adverso. Y el otro aspecto por el cual sanciona es que ve aquí un patrón de conducta. Ninguna de las normas en virtud de las cuales nos sancionaron, sanciona los patrones de conducta. Nosotros nos defendimos de una formulación de cargos concreta que al final del día terminó por darnos la razón. Nosotros desvirtuamos en forma absoluta la formulación de cargos.

Si desvirtuaron los cargos, ¿por qué entonces la Superintendencia los sanciona?

Sanciona porque tenemos un superintendente que empezó esta investigación e ideó la teoría del esquema. Tal como la resolución sancionatoria denomina a mi cliente el ideólogo de todas estas operaciones, Carlos Pavez es el ideólogo de la teoría del esquema. Creo que el superintendente quiso pasar a la historia. Esto demuestra un voluntarismo y una intención de sancionar que no es propia de una autoridad que tiene que ser imparcial y que tiene que cotejar los antecedentes acompañados por los formulados de cargo con los que ella recopiló en la investigación. Claramente, ese ejercicio no lo pudo hacer, pues la SVS no tiene ningún antecedente, estudio o análisis que permita sancionar.

Carlos Pavez dejó la SVS más de un año antes de la formulación de cargos. ¿Cómo puede ser el ideólogo de la teoría del esquema?

Lo que nosotros sabemos, porque así se demuestra con los antecedentes del expediente, es que Carlos Pavez inició esta investigación, practicó diligencias probatorias en esta investigación y sabemos además, por razones que ignoro, que le faltó a la verdad a la Cámara de Diputados cuando le preguntaron si participó en la investigación de las cascadas y el dijo que no participó. Claramente hay algo que le molesta al superintendente.

Su cliente dijo que si el Presidente Piñera no hubiese estado vinculado a eso, no hubiese existido el caso cascadas. ¿Cómo explica que un superintendente de otro signo político, contrario al anterior, ratifique las sanciones?

Es una muy buena pregunta. El hecho del cambio de gobierno y de superintendente resultan irrelevante cuando el mismo hombre que empezó esta investigación, que ideó la teoría del esquema, es el mismo que termina sancionando. El autor de la teoría del esquema es el mismo que terminó aplicando las sanciones. Juez y parte por donde se lo mire y eso está proscrito en nuestro ordenamiento jurídico.

¿El cambio que ustedes acusan entre la acusación y la resolución sancionatoria será su principal línea de defensa?

Esa va a ser una de las líneas de defensa. Pero no quiero dejar pasar el tema de los perjuicios que habrían sufrido las cascadas y los beneficios que habría obtenido mi cliente, según la SVS. La rigurosidad metodológica de la fórmula de perjuicios de la SVS deja mucho que desear y no resiste análisis. Se dice, de manera totalmente infundada, que la mera diferencia de precios entre la venta y la recompra de las acciones habría irrogado un perjuicio a las cascadas de US$ 300 millones. Y que como contrapartida, el beneficio que habría tenido mi cliente ascendería a US$ 128 millones. Lo que no dice la SVS es que siendo a su vez mi cliente, a través de sus sociedades, el controlador y principal accionista de las cascadas, el más perjudicado por el supuesto daño sufrido por las cascadas es precisamente mi cliente. En un cálculo grueso, si uno supone que Julio Ponce controlaba el 50% de las cascadas, cuestión que es cercana a la realidad, llega a la conclusión que de los US$ 300 millones que perdieron, US$ 150 millones corresponden a pérdidas sufridas por mi cliente. Y si uno netea, como corresponde, esa pérdida con los supuestos beneficios que obtuvo, que son según la SVS US$ 128 millones, llega a la conclusión inequívoca de que al final del día, lejos de haber ganado con estas operaciones, él perdió US$ 22 millones. Pero la SVS por supuesto omite este pequeño detalle. Lisa y llanamente no hizo la resta.

EL CONTROL Y LA MULTA

¿Su cliente está dispuesto a vender el control de las cascadas y SQM?

No que yo sepa.

¿Está dispuesto a dejar los cargos de director en las cascadas y SQM?

No lo he discutido con él, porque hemos estado abocados a digerir estas 750 páginas.

Pero la discusión vendrá. Ayer un director de Norte Grande, Rodrigo Zegers, pidió su salida. Lo mismo podría ocurrir en otras sociedades.

Mire, yo creo que ese director no conoce mucho el ordenamiento jurídico, porque la aplicación de sanciones de la SVS es el primer paso de un proceso que hoy día va a pasar a los tribunales de justicia. Aquí hemos sido juzgados por un juez y parte, lo que está proscrito en el ordenamiento jurídico.

¿No existe inhabilidad legal?

No existe ninguna inhabilidad legal y, además, esta es una decisión que vamos a revertir en los tribunales de justicia.

¿Y no existe una inhabilidad reputacional para mantenerse como director?

Lo que yo sé respecto del tema reputacional es que, durante muchos años, el sistema financiero ha exigido que Julio Ponce esté en la primera línea de los directorios. No en vano SQM tenía un valor X y hoy tiene X más 1.000. El mercado siempre le ha reconocido a mi cliente la virtud de agregarles valor a estas compañías. Hoy día efectivamente enfrentamos una coyuntura delicada, las sanciones impuestas por la SVS son graves y él está consciente de eso. El horizonte de que estos hechos puedan ser conocidos por jueces independientes, como son los tribunales de justicia, es auspicioso.

En tribunales son escasos los casos donde la SVS ha perdido. Es un pésimo pronóstico para ustedes…

Más que una realidad, eso pasa a ser un mito, porque la superintendencia también pierde sus casos.

Pero pocos.

Sí, pero ha perdido. Nosotros esperamos que, como tenemos tan buenos argumentos, pierdan nuevamente. Estamos muy confiados en que van a perder nuevamente.

os juicios pueden durar años y la presión de los minoritarios para que salga de las compañías se puede volver insostenible...

Yo creo que mi cliente va a hacer lo que corresponde en función del interés social de cada una de estas empresas.

¿No ve un escenario complejo en lo financiero, que debilite su estructura de control?

Eso es lo que esperan muchos agentes de mercado y quizás en parte la génesis de este caso se origina en esas pretensiones. Hasta donde yo puedo opinar respecto de esa materia no veo ningún riesgo.

¿El va a pagar la multa?

El va a cumplir con el mandato de los tribunales de justicia.

Es decir, ¿no pagará la multa hasta que haya un pronunciamiento final de los tribunales?

Por supuesto.

¿Aun a riesgo de que la multa se multiplique por dos o tres, como en el caso chispas?

Esa es una cuestión que vamos a tener que abordar en su oportunidad.

¿Está dispuesto a diluir o fusionar las cascadas, como se negoció con Moneda hace dos años?

Tal como no cedimos a las presiones en esa oportunidad, que eran presiones complejas por el origen de las mismas, insisto en que mi cliente va a hacer lo que sea mejor para estas compañías.

¿Cómo están preparados para la avalancha de demandas indemnizatorias que se vendrán?

Estamos muy bien preparados, supongo que mejor preparados que cualquiera en el mercado. Aquí se ha hecho un trabajo serio, riguroso y no me cabe duda que la estrategia de los accionistas minoritarios será presentarle al juez esta resolución sancionatoria. Ese será su caballo de batalla y tendremos la misión de desvirtuarlo. El superintendente, por cuenta, tendrá que sostener su caso ante los tribunales, lo cual encuentro que será una tarea titánica por lo precario de sus fundamentos y la multiplicidad de vicios que tiene la investigación.

¿Se les abre muchos focos de conflicto con esta resolución?

Un frente de conflicto son los accionistas minoritarios. Existe hoy una arista penal que está abierta y que la miramos con tranquilidad. Aquí no se ha cometido ningún delito. Además, la investigación de la superintendencia adolece de déficits que son manifiestos y tal como lo señaló el fiscal (José) Morales, los estándares investigativos de la justicia penal son bastante más rigurosos de lo que ha seguido la superintendencia. En buenas cuentas, considero que el caso de la SVS no se sostiene ni con una grúa.

Da la sensación de que ustedes tienen respuesta para todas las acusaciones. ¿No hay ningún mea culpa de su cliente?

Siempre hemos estado tranquilos y si tenemos respuesta para todo es porque existen respuestas para todo. Respecto de los mea culpa, creo que son siempre necesarios y en ese sentido creo que las cosas se podrían haber hecho de una mejor manera.

¿Usted o su cliente se han reunido con miembros de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados?

No, jamás.

¿Usted o su cliente han conversado con miembros de la comisión investigadora?

Hasta donde yo sepa, no. Yo jamás he conversado con nadie de la comisión investigadora.

¿Su cliente ha hecho aportes a campañas de parlamentarios?

Lo desconozco. Hasta donde yo sé, no.