Sergi Roberto marca el sexto gol de la goleada del Barcelona sobre el PSG y todo el mundo enloquece. 'Hazaña' y 'épico' que en cualquier buscador remiten a la increíble remontada del equipo de Luis Enrique. Y Neymar, el nombre que se toma los títulos e incluso las redes sociales, después de la sarcástica respuesta que el astro brasileño le dedicó al francés Adrien Rabiot, tras consumar la eliminación de los galos, en su perfil en Instagram.
Para darse el gustito, eso sí, el delantero formado en Santos debió realizar una presentación formidable. Coronada por dos goles, la asistencia final y un penal en contra que, más allá de la polémica en torno a la gravedad de la falta, se plasmó en un tanto que reforzó la ilusión de una histórica remontada.
La prensa mundial, la española y la catalana se rindieron a los pies de Ney. Al punto de que, por primera vez en mucho tiempo, abrieron la comparación con el argentino Lionel Messi. E incluso se animaron a situarlo sobre el transandino.
"La coronación de Neymar", titula El País para aludir a la consagración del campeón olímpico. Y profundiza en la bajada: "El extremo lidera la remontada del Barcelona y hasta Messi se rinde a sus botas".
La discusión toma fuerza. Y entusiasma en todo el mundo. "Neymar está siendo muy desequilibrante, gambeteador en el uno contra uno, Messi actúa más como estratega, organizador. Los dos son importantes y tienen la misma valía para el equipo. Ninguno está por encima del otro", dice el seleccionador de Ecuador, Gustavo Quinteros. Si la definición llegara hasta ese punto, Neymar ya podría anotarlo como un triunfo: hasta hace poco, el reinado de la Pulga ni siquiera admitía compañía.
Hay otros que se lo toman con más calma. "Está en camino, pero aún no ha llegado. En ese sitial están Cristiano y Messi, pero Neymar se está acercando a ellos", apunta el ex portero Gilmar, quien integró el Scratch que se alzó con la Copa del Mundo en Estados Unidos 1994. El ex compañero de Roberto Rojas en Sao Paulo tiene una visión cercana, pues desde su rol de coordinador de la selección brasileña en la gestión de Dunga vio de cerca sus progresos. "Tiene que confirmar lo bueno que está haciendo. Está cada vez mejor y viene de un año muy bueno", sostiene.
Un factor determinante en el parangón es la experiencia de uno y otro. Messi, quien se acerca a los 30 años, lo ganó todo con el Barcelona y a nivel individual, aunque no con la selección argentina. Neymar cumplió recién 25 y comienza a engrosar su palmarés personal. Con Brasil, logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Por esas razones, más allá de que la medición apunte a sus momentos actuales, otros especialistas apelan a la mesura. "Es cuestión de gustos. Para mí, todavía, el mejor es Messi. Neymar puede serlo en el futuro, pero hoy es Messi. ¡Si Neymar recién está empezando!", grafica el histórico técnico colombiano Francisco Maturana.
Pacho advierte sobre la distorsión que puede producir la brillante participación del brasileño en el triunfo sobre los parisinos en el Camp Nou. "No se debe ser oportunista. Por dos goles no se puede equiparar a Messi con Neymar. Aún no. En sesenta minutos de partido, Barcelona estaba eliminado y después aparece Neymar. Cinco o seis minutos brillantes no pueden darle el rótulo de mejor del mundo. Antes, luchó, pero no fue majestuoso. Considere, también, que esta remontada es histórica por el corazón y no por el fútbol que puso Barcelona", agregó.
En Argentina, en cambio, se cuadran a ultranza con su compatriota. "Neymar está entre los mejores, pero segundo o tercero. El mejor es Messi. Apunta para estar. Y ojo que ustedes también tienen uno que está en la discusión en este momento: Vidal, que también es bárbaro y está entre los mejores volantes del mundo", apunta Reinaldo Merlo.
En Uruguay, en tanto, anteponen a uno de los suyos. "Para mí, el orden es Messi, Luis Suárez y Cristiano Ronaldo. A Neymar le faltan años. Es un fenómeno, pero sus dos compañeros están todavía un escalón más arriba. No lo saco del grupo de los mejores, pero Suárez es mucho más", enfatiza Antonio Alzamendi.