Nairo Quintana es colombiano y ya dijo que no sólo quiere ganar el Giro de Italia, que parte hoy, sino también el Tour de Francia. Nadie lo ha hecho desde la época de Marco Pantani, a fines del siglo pasado. El pedalero del Movistar quiere intentarlo. Ganó el Giro 2014 y la Vuelta a España 2016, y este año celebró en la Comunidad Valenciana y la Tirreno Adriático.
Vincenzo Nibali (equipo Bahrain) es local y gana el favoritismo de los tifosi, que quieren otra vez un ganador de casa. A los 32 años, el Tiburón es uno de los seis corredores de la historia que tiene las tres grandes por etapas en su palmarés, y en el caso del Giro, dos veces (2013 y 2016). Si vence, igualaría al francés Bernard Hinault.
Nadie tendrá una labor fácil. Esta edición de la prueba es la centésima y el recorrido será especialmente complicado, con dos contrarreloj (la primera, hoy, en Cerdeña) y cinco finales en altura, concentradas en la última semana, todo muy favorable para el colombiano.
Entre los otros candidatos están el español Mikel Landa (Sky), el holandés Steven Kruijswijk (Lotto) y el francés Thibaut Pinot (Française).
La carrera sufrirá con las ausencias de Chris Froome, Alberto Contador y Fabio Aru, y también con la de los destacados, pero menos famosos (hasta ayer), Stefano Pirazzi y Nicola Ruffoni. Los dos italianos, ambos del Bardiani-CSF, dieron positivo en un control de dopaje sorpresa por una sustancia hormonal.