En Chile se toma mucho. De hecho, es el país que más bebe en Latinoamérica: la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que un chileno, en promedio, consume 9,6 litros de alcohol al año, cifra que supera holgadamente la media de 6,2 litros per cápita en el resto del mundo. Por eso no sorprende que se haya dedicado un día para celebrar a la piscola, acaso el trago más popular dentro de la oferta nacional.

Vaso largo, tres o cuatro cubos de hielo, 3/4 del emblemático destilado y bebida cola. Las medidas pueden cambiar de acuerdo al gusto del consumidor, pero en esencia ésa es la piscola. Una mezcla simple, refrescante y efectiva. También hay quienes la prefieren con bebida blanca, con agua tónica ("pistón") o con un toque de limón.

Si bien no hay certezas respecto a quién fue el creador de esta combinación, ni en qué año nació, sí existe un consenso al señalar que se convirtió en una de las bebidas favoritas de los chilenos durante la década de los setenta, cuando destilados como el whisky y el ron escaseaban producto de la crisis económica.

Así, en 2003 fue cuando la industria local instauró esta efeméride, buscando diferenciar al tradicional combinado del Día del Pisco a secas, que a su vez se celebra el 15 de mayo, según decretó el Ministerio de Agricultura en Chile.

Como dato anecdótico, a raíz de la celebración del Día de la Piscola, también hay muchos quienes sugieren que debiese instaurarse el 9 de febrero como el Día de la Resaca… Aún está por verse.