La NASA examinó en el transbordador Endeavour un mosaico térmico rajado y un anillo de cerámica saliente, dos nuevos problemas que no parecen graves, pero merecen atención extra.
"De inicio, no parece que vamos a trener que preocuparnos mucho", dijo el miércoles el líder del equipo de control del la misión, LeRoy Cain. "Pero necesitamos mantener una observación muy cuidadosa y darle un vistazo más cercano" a los problemas, agregó.
En momentos en que los ingenieros en tierra batallaban para entender los problemas y determinar si las reparaciones eran necesarias, los 11 astronautas a bordo del transbordador y la base espacial pasaron un primer día relativamente tranquilo juntos.
Mientras tanto, preparaban un traje espacial de reemplazo para la caminata del jueves por la noche, además de reemplazar las piezas averiadas de un sistema que convierte la orina de los astronautas en agua potable.
El traje espacial del astronauta del transbordador, Robert Behnken, estaba inutilizado debido a que tenía un arnés defectuoso que le impedía encender los calefactores de los guantes y operar su cámara del casco. Por ello utilizó un traje que ya estaba a bordo de la estación espacial.
La tarea más importante de la misión, la de instalar un nuevo salón y un puesto de observación en la Estación Espacial Internacional, dará comienzo el jueves durante la caminata espacial, la primera de un total de tres.
En cuanto al sistema de reciclado de agua de la estación orbital, el procesador de orina había presentado algunas fallas desde hace meses. Por eso, los astronautas del Endeavour llevaron piezas de recambio. La tarea de reparación era tan prioritaria que dio comienzo apenas horas después de la llegada del transbordador la madrugada del miércoles.
Los problemas inesperados del transbordador fueron lo que realmente capturó la atención de los controladores de la misión.
La reparación al mosaico térmico que se le hizo antes del despegue falló y la cuarteadura original está de vuelta, justo donde está la cabina.
Además hay un espaciador de cerámica redondo cerca de las ventanas de la cabina, que sobresale.
Los ingenieros tratan de determinar si esa pieza podría soltarse al regresar a la tierra y si lo hace, si podría convertirse en un proyectil que podría estrellarse en el timón o en los cohetes de maniobra orbital.
Cain indicó que es demasiado pronto para saber si Behnken y su compañero en la caminata espacial, Nicholas Patrick, deberán hacer las reparaciones. Se necesitan otros dos o tres días de análisis para decidirlo.
"Tenemos más interrogantes que respuestas en estos momentos", dijo Cain, "así que vamos a dejar que el equipo haga su trabajo".