Un punto negro. Así consideran los vecinos de Providencia el espacio que ocupa el museo Los Tajamares, o a menos lo que pueden ver de él: un cierre perimetral lleno de afiches anunciando conciertos, escondiendo en su interior un tesoro patrimonial al cual ya no pueden acceder los vecinos ni los turistas. El lugar acoge una plazoleta hundida y una sala donde se muestra el trozo de 30 metros de tajamares o muros de contención del río, descubierto por obreros del Metro en 1977, en perfecto estado pese a que datan de fines del siglo XVIII. Inaugurado en 1980, el recinto estuvo sin funcionar desde 2003, y luego de varios intentos se licitó 10 años después para protegerlo. Tendría nueva iluminación, paneles con la historia del Mapocho y sus muros patrimoniales, salas de exposición y hasta una cafetería. Sin embargo, ya van más de dos años de la fecha en que abriría finalmente sus puertas al público tras una publicitada remodelación impulsada por el Municipio de Providencia, la que nunca se concretó. "Es un espacio que hay que rescatar porque es muy importante para la comuna. Ese es un tema que habría que ponérselo en carpeta a la nueva alcaldesa y así lo haremos en la próxima reunión del Consejo Comunal de la Sociedad Civil (Cosoc) de la cual soy vicepresidenta", comenta Myriam Sánchez, presidenta de la Junta de Vecinos N°6 de Providencia.
El fallido proyecto cuyo contrato se firmó en abril de 2014, tenía un plazo de siete meses para entregar las obras en diciembre de ese mismo año, con una inversión de $ 714 millones. Pero una serie de dificultades con el diseño del proyecto elaborado por el municipio, hicieron inviables las obras y mantienen a la municipalidad demandada por $ 1.200 millones por parte del contratista de la obra, Carlos Abell Soffia. Esto, debido a supuestas inexactitudes en los planos que lo obligaban a paralizar las obras en terreno y asumir gastos por faenas fuera de diseño. "El municipio tácitamente reconoció su error al no cobrar multas por los atrasos en que tuvo que incurrir mi cliente. El está pidiendo que se le devuelva todo lo que gastó, lucro cesante por lo que dejó de ganar y una indemnización por daño moral", sostiene la abogada del contratista, Melisa Naranjo. En el intertanto, la municipalidad ya fue notificada de la demanda, y prepara su defensa, ya que si bien el problema se produjo durante la administración anterior, la institución responde civilmente por actos anteriores.
Por mientras, el recinto se mantiene cerrado al público, sin mejoras, y sufriendo en el intertanto la inundación por el desborde del Mapocho en junio del año pasado. Para María Inés Arribas, presidenta de la asociación de residencias y patrimonio de Bellavista, el estado en que se encuentra el museo es grave, convirtiéndose en un punto negro dentro del Parque Balmaceda. "Es un lunar que cada vez se agranda más, porque está rodeado de paneles, pintados horrible, sirve de baño, en los alrededores el pasto, ya no se cuida, entonces es una expansión de un hoyo negro en el parque", argumenta Arribas. Comenta que los cruces y senderos que tenía el museo se perdieron y fueron absorbidos, transformando una zona que era agradable para las unidades vecinas tanto del norte y sur de la Alameda, "en un pésimo lugar en que se hace de todo. Sectores abandonados como esos generan una externalidad muy mala para los vecinos, y la gente que íbamos al parque ya no lo hacemos", puntualiza Arribas.
Consultada la Municipalidad de Providencia sobre el futuro del Museo Tajamares y la posibilidad de que algún día se recupere para el público en los términos en que inicialmente se pensó, a través de su unidad de Comunicaciones indicó que por el momento "no hay ninguna definición aún adoptada por el Municipio y el consejo municipal".
En el sitio de Mercado Público aparecen publicadas dos licitaciones relacionadas con el Museo Tajamar, una llamada "Restauración y Conservación del Museo Tajamar", que aparece cerrada , y otra por "Reparación de Cierro Museo Tajamares", que aparece como adjudicada. Sobre estos concursos se informó desde el municipio que corresponden a "licitaciones ligadas a recuperar obras perdidas en la última inundación que afectó al museo y donde el Municipio de Providencia está haciendo uso de los seguros comprometidos para llevarlas a cabo", sin entregar mayores detalles sobre las mismas.