"¿Estás cansado?", pregunta Guillermo Hoyos. "No, profe, estoy bien", responde el jugador, casi jadeando. "Ya veremos", cierra el nuevo entrenador de la U, portador de un revolucionario método para comprobar el nivel de fatiga de sus pupilos: grabarles su rostro y luego estudiar esas imágenes por ordenador. Sostiene el DT que en una mueca, una queja o una sonrisa encuentra un buen indicador para determinar la realidad del cansancio de sus futbolistas.
El diagnóstico no se lo proporciona luego un software al entrenador, sino su propio criterio personal. Es más su ojo que un dictamen científico lo que establece la capacidad física de cada jugador. Para ello, el adiestrador, junto al grupo que se encarga de grabar las prácticas ubica cuatro cámaras, que se distribuyen en diferentes zonas del campo de juego, con el objetivo de realizar un seguimiento a cada actividad. Una de esas máquinas de filmación se concentra en el rostro de los jugadores.
Quien conoce la metodología de trabajo del nuevo técnico azul es Luis Montellano. El ex ayudante de Hoyos, en la selección boliviana, entrega detalles de la metodología que revoluciona el CDA: "A través de los movimientos, en los que también se incluye un seguimiento al rostro, se puede determinar el nivel de fatiga de cada jugador. Es clave al momento de determinar si la intensidad está siendo la exigida y requerida por el entrenador. También se usan los pulsómetros, que no sé si lo está usando en la U. Supongo que sí, ya que la U es un club muy grande y tiene todos los implementos", comienza diciendo el profesional altiplánico, que dirigió junto al actual DT azul en Bolívar y Once Caldas, entre otros clubes.
Las reuniones con los jugadores para evaluar su nivel de fatiga y la exactitud en los ejercicios requeridos, son esporádicas. No hay un calendario, ni menos citas pactadas. "Hoyos es un técnico que revisa los entrenamientos constantemente. Lo hace de manera individual cuando se da cuenta de que algún jugador no ha asimilado algún movimiento o en el caso que aprecie una fatiga. Ahí lo ve directamente con él. En otras ocasiones muestra los videos en grupo", agrega Montellano.
Una pizarra, en el centro del campo de juego también sirve para retratar sus ideas y exigencias. Nada puede fallar a la hora del entrenamiento.
Otro que se refiere a la idea de Hoyos es Manuel Astorga, ex preparador físico de Colo Colo: "El rostro, el semblante, puede ayudar a inferir, sin certeza científica, si están entrenando al máximo, pero a mí no se me ocurriría hacer eso. Quizás es una técnica nueva que se utiliza y no la manejo".
En la cancha de entrenamiento, cuando toma el balón y comienza a dirigir, la personalidad de Hoyos sufre un drástico cambio. Ya no es el personaje que despilfarra amor en las conferencias de prensa. Su tono de voz se incrementa y no descansa hasta que sus dirigidos entiendan bien sus instrucciones. Todos los ejercicios, sin embargo, se realizan con balón, con la intención de que el proceso de adaptación a las jornadas de fútbol, luego de intensas semanas de fortalecimiento muscular, no sean tan traumáticas.
La U busca máxima intensidad. Las cuatro cámaras ubicadas en el CDA son su mejor aliado. Los azules ya viven la revolución Hoyos. Un entrenador que decide por la cara.