Cumplió su objetivo más modesto: dejó abierta la llave en su visita al Sao Paulo, por los octavos de final de la Copa Sudamericana. Perdió 1-0, pero la verdad es que tuvo espacio para igualar o algo más. Y con eso, la ilusión está viva.
El equipo de Mario Salas demostró casi desde el inicio que todos los nombres del rival eran escaso motivo para temer. Fue hacia adelante, presionó y convirtió a Rogério Ceni en un actor constante, a la inversa de Miguel Jiménez, quien apenas intervino en ese lapso.
A los 10', Martín Rodríguez puso en acción a Ceni y poco después lo haría el uruguayo Leandro Ezquerra. Fueron situaciones que ratificaban la certeza de una apuesta, pues la presión incomodaba de manera notoria a la defensa del Tri, que tuvo que apoyarse en su arquero para que despejara. Así, el local siempre dividía la posesión del balón y el recuento de las capturas era, por lo general, favorable para Huachipato.
En eso estaban cuando Jiménez tuvo sus dos únicas acciones de interés: controló un tiro libre de Ceni y, poco después, un débil intento de Luis Fabiano.
Y precisamente el ariete viviría una situación clave, cuando a los 32' vio la tarjeta roja por un par de manotazos contra Francisco Arrué, quien aparte de sacar de quicio al delantero, también tuvo méritos en el manejo del balón, como varios de sus compañeros.
A los 40' y 42', tiros de Ezquerra y Matías Sánchez nuevamente exigieron al capitán de los anfitriones.
El segundo tiempo ofrecería un inicio similar, con el equipo chileno planteando mejor el partido, siempre cerca del área del anfitrión.
A los 55' y 56', vendrían dos fallas, pero la consecuencia fue sólo una: gol de Sao Paulo. En el inicio de la secuencia, Omar Merlo se equivoca y habilita a Alexandre Pato, quien demostró su mala condición cuando se le quedó la pelota atrás. Pocos segundos después, un error de Arrué permitió que el balón le llegara a Michel Bastos; el volante realizó un enganche hacia adentro y sacó un tiro cruzado y bajo que superó a Jiménez. Contra los brasileños, aunque estén en un mal momento, nunca se puede fallar.
El gol descompuso en buena medida el planteamiento de Salas, cuyos jugadores comenzaron, además, a acusar algún grado de cansancio. Eso fue aprovechado por el equipo de Muricy Ramalho (quien ayer no estuvo en la banca por razones médicas) para organizar algunos contragolpes, aunque nunca con la precisión ni la contundencia que se esperan de Sao Paulo.
Los minutos finales acentuaron la lucha y los sureños tuvieron buenas opciones, pero quizás por cansancio, quizás por tensión, carecieron de precisión para aprovechar esas ocasiones de alcanzar el empate.
El partido dejó en claro que Huachipato tiene herramientas para sacar adelante esta llave. Es cierto que en el local no estuvieron ni Kaká ni Ganso, pero ellos -según los antecedentes de la prensa brasileña- tampoco están en un instante memorable de sus carreras.
El asunto se resolverá el miércoles 15 de octubre, en el estadio CAP. Salas y su plantel deben reforzar su convicción y afinar un poco su juego. Con eso, pueden prolongar su vida en una copa que les puede reservar momentos de gloria.