Que llegaban en alza y ante un rival desgastado. Que ahora sí no se cortaba el hilito de triunfos y que los malos tiempos con Julio César Falcioni ya eran cosa del pasado. Esa ráfaga de comentarios se repitieron hoy incesantemente entre los hinchas de Universidad Católica, antes de enfrentar a Huachipato, pensando en las dos victorias seguidas con que llegaba el cuadro de Las Condes y también en el intenso trajín que a mitad de semana tuvo el equipo sureño, jugando por la Copa Sudamericana.
De hecho, en este último punto, el muy buen técnico Mario Salas optó por darle descanso a un par de titulares, algo que no mermó el buen libreto ofensivo de un cuadro que tiene un padrón de juego definido, que siempre apuesta al despliegue colectivo, al sacrificio y a buscar el arco rival.
Esas virtudes en el juego rival parecían no entrar en ese análisis previo de los forofos cruzados, lo que se vieron obligados a cambiar, luego de iniciado el partido. Ya con el balón corriendo, la UC apostaba a someter a los sureños presionando y explotando las bandas, siempre buscando el pase preciso de Darío Botinelli. Sin embargo, José Luis Muñoz y Mauro Óbolo no aparecían en ataque, en un elenco inconexo, sin muchas variantes y escaso fútbol. En frente, Francisco Arrué, Juan Carlos Espinoza y Andrés Vilches mostraban la otra cara. Se asociaban permanentemente y casi siempre el pase era al pie y con ventaja. En este escenario no sorprendió el gol de Ángelo Sagal a los 23 minutos, luego de una rápida salida desde área propia, que trajo varios toques en velocidad y el buen finiquito del aludido goleador. La sonrisa de Salas y de su banco constrastaba con la angustia de Falcioni y sus pupilos.
Y ese amargo sentir en San Carlos se prolongó cuando a los 27' ni el árbitro ni su línea sancionaron el gol de Mark González, que Omar Merlo despejó cuando el balón ya había traspasado la línea de sentencia. Los reclamos se prolongaron sin lograr revertir una medida que los hundió más, pero que en ningún caso justificó el feble accionar de la UC. De hecho, en el arranque de la segunda parte un remate en el horizontal de Leandro Ezquerra (50') anticipó la debacle para el local. Seis minutos después, Merlo, casi sin moverse, anotó de cabeza la segunda cifra, tras un preciso córner.
El baile se completó con el gol que llegó a los 73', luego de un exigido centro de Matías Sánchez (el balón estaba fuera) y que Vilches aprovechó al anticipar a su lenta y feble marca. A esas alturas el ritmo y el vértigo era patrimonio del equipo que había jugado a mitad de semana en el inmenso Morumbí, mientras que el once que en el papel llegaba más fortalecido naufragaba en todas las facetas del juego y en todas sus líneas.
El comentario de los hinchas cruzados, antes de arrancar el duelo, quedaba en el olvido y las pifias para los suyos volvieron a resonar en Las Condes, igual que hace un par de fechas, instalando una nueva pesadilla, pues nuevamente cedieron terreno en la lucha por ingresar a la liguilla. Los de Salas en tanto, ratificaron su buen momento con un justo triunfo, que los mantiene en la parte alta de la tabla (17 puntos y un partido menos) y con el cual demostraron estar, con cansancio incluido, varios peldaños más arriba que su rival de turno.