El gremio de conductores de buses de Río de Janeiro inició hoy una huelga de 24 horas, para exigir mejores salarios, dejando a la segunda ciudad más grande de Brasil paralizada parcialmente a casi un mes del Mundial de Fútbol, que ha suscitado numerosas manifestaciones de los brasileños relacionadas con el evento deportivo incluyendo la protesta policial y el Movimiento de los Trabajadores sin Techo.

Miles de personas se vieron afectadas por el paro, en donde el metro y los trenes municipales tuvieron que implementar un plan de contingencia, para cubrir la demanda. Sin embargo hubo conductores que no adhirieron a la huelga y sacaron a circulación unos 50 buses que transitaron por la zona oeste de la ciudad, despertando la ira de los huelguistas que lanzaron piedras contra los vehículos, según informó la policía a la agencia EFE.

En la ciudad de Sao Paulo tres empresas de buses también se sumaron a la movilización, pero no logró tener el mismo impacto que en Rio.

Entre las demandas de los conductores se encuentra un aumento salarial del 40%, contrario al 10% obtenido en la negociación entre el sindicato y la empresa de buses.

SIN TECHO CONTRA LOS ESTADIOS

En tanto, el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) y Movimiento Sin Tierra (MST) protestaron hoy en Sao Paulo contra la constructora del estadio Arena Corinthians, que albergará el partido inaugural del Mundial.

El MTST ya había iniciado una singular protesta con la toma de terrenos cercanos al mismo estadio y levantando un campamento en donde actualmente viven unas 5.000 personas. Este grupo culpa a la organización del torneo de fútbol de haber quedado sin casa, por el alza en el arriendo habitacional a causa de la fiebre inmobiliaria de la Copa del Mundo.

Ellos reclaman contra los grandes gastos del gobierno centrado en la construcción de infraestructura para los partidos de fútbol en detrimento de las familias más desposeídas que necesitan acceso a "viviendas dignas", mejor educación y salud.

PROTESTA POLICIAL

Preocupación genera la amenaza que realizó ayer la policía en diferentes estados de Brasil, en la que

no descartó realizar una huelga en pleno Mundial de Fútbol si es que no alcanza un acuerdo con el Gobierno a fin de mes.

Los agentes policiales exigen una reestructuración del plan de carrera, un reajuste salarial, nuevas contrataciones y cambios en los procesos de investigaciones criminales.

De acuerdo a datos de la agencia France Press los salarios de los agentes -que no han sido aumentados desde hace ocho años, razón por la que ellos denuncian un devalúo- van entre 3.200 y 5.800 dólares dependiendo de la antigüedad.

Todas estas manifestaciones tienen su precedente cuando a mediados de 2013 miles de personas se manifestaron durante la realización de la Copa Confederaciones, demandando más inversión del Estado en áreas como educación, salud y transporte.