Más de cien personas han muerto en Espírito Santo tras casi una semana de huelga policial, que este jueves no daba señales de resolverse y que mantiene al estado brasileño en caos por la paralización del transporte público y el cierre de escuelas y negocios.
La mayor parte de los hechos de violencia se centra en Vitória, capital de Espírito Santo, y en sus suburbios, una región metropolitana de cerca de 2 millones de habitantes. El despliegue de 1.200 soldados y policías federales no lograba contener la violencia.
Las autoridades locales dijeron que se requieren cientos de efectivos y miembros de Batallón de Operaciones Policiales Especiales del país para compensar el promedio de 1.800 agentes que patrullan normalmente el área metropolitana de Vitória.
No hay cifras oficiales de los muertos por la ola de violencia, pero una portavoz del sindicato de la policía dijo a la agencia Reuters que desde el sábado se registran 101 homicidios, más de seis veces la tasa de asesinatos en el mismo período del 2016.
El canal Globo TV reportó, citando a fuentes de seguridad, que en un día se robaron 200 autos en Vitória, cuando el promedio estatal es de 20. La asociación de minoristas del estado indicó que los negocios han perdido 90 millones de reales (28,87 millones de dólares) desde el inicio de la huelga.
Los policías iniciaron la medida en demanda de mejoras a un sueldo base mensual de 2.643 reales (847,96 dólares), que no ha sido reajustado en cuatro años. Espírito Santo, como muchos estados en Brasil, tiene graves problemas para asegurar servicios básicos como salud, educación y seguridad.