Los leones sudafricanos, considerados como grandes trofeos de caza, han sido desde siempre muy apreciados por los cazadores, pero ahora también son codiciados por sus huesos, a los que se les atribuye propiedades medicinales, principalmente en países de Asia, lo que aumenta el riesgo de caza furtiva.
La caza de leones es legal en Sudáfrica, en donde unos 500 felinos mueren cada año. La mayoría de estos leones provienen de criaderos comerciales que también abastecen a los zoológicos del mundo entero.
Los cazadores hasta ahora pagaban más de 20.000 dólares para matar a un león macho, buscando ganar lo que es considerado por muchos como un trofeo. Los huesos eran entonces arrojados a los perros, hasta que Asia comenzó a mostrar interés por estos esqueletos.
Oficialmente, las exportaciones de huesos de león han aumentado constantemente desde 2008, principalmente hacia Vietnam y Laos. Los huesos, machacados, sirven como ingredientes para fabricar pócimas de amor o "vino de tigre", en momentos en los que los tigres asiáticos están casi extinguidos.
El precio de los huesos de león aumentó considerablemente, un cadáver cuesta ahora 10.000 dólares.
La mayoría de cazadores aseguran cazar leones únicamente como trofeos, lo que permite a los operadores de safaris y a los criadores de leones vender los huesos legalmente.
"Este comercio está muy, muy vigilado por los funcionarios de la provincia. (...) No permiten la exportación de los huesos hasta que no estén seguros que provienen de leones cazados legalmente o de leones que murieron de forma natural", afirma Pieter Potgieter, presidente de la Asociación de Criadores de Predadores Sudafricanos.
Pero "ahora los leones son criados en cautiverio para ser vendidos por sus huesos", dice Paul Hart, que maneja un refugio en la región del Cap.
Por otro lado, defensores de animales afirman que muchos leones son sacrificados de manera oculta. El arresto en el aeropuerto de Johannesburgo de traficantes que intentan exportar ilegalmente huesos de león confirma esta hipótesis.
Se estima que unos 5.000 leones viven en cautiverio y unos 3.000 en libertad.
"Es sólo una cuestión de tiempo antes de que cazadores furtivos se interesen en este mercado", prevé Chris Mercer, que dirige una campaña en contra de la caza de leones. "¿Por qué comprar un esqueleto a un precio alto cuando un cazador puede cazarlo él mismo por casi nadaâ"
Este comercio se asemeja al negocio del tráfico del cuerno de rinoceronte, al que también se le atribuyen propiedades medicinales en Asia.
Para tratar de frenar el tráfico de los huesos de león, una petición que circula en internet y que ya ha recogido unas 700.000 firmas, exige al presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, prohibir su venta.