Son las 10 de la mañana y el doctor House (81,8 millones de espectadores en 66 países) está sentado en el jardín umbrío de un viejo hotel al pie de las colinas de Hollywood. Inconfundible: ojos azul saltón pegados a un rostro castigado de mala vida, la barba a medio pelo desaseado, y el labio prognato y perfecto para soltar exabruptos. Tan sólo se diferencia de Hugh Laurie (50) en el casco de moto que éste sostiene en lugar de su bastón y la vieja camiseta que viste en vez del 'blazer'. Dos segundos más tarde, el personaje se esfuma al completo, solapado por el actor (además de escritor y músico), cómico brillante e impecable secundario.
Cuesta creer que no haya en usted algo de Gregory House.
Bueno, de eso se trata: es pura interpretación. Aunque supongo que sí, que hay algo en House de infantilismo, una vis cómica de payaso que yo también tengo. Pero, definitivamente, no tengo ni su inteligencia ni su valor. Y tampoco, creo, su cinismo.
¿De verdad?, ¿no comparte con él cierto punto de vista sarcástico?
Sí, en la forma de pensar, pero la diferencia, lo que es increíble de House, es que dice lo que muchos otros pensamos, pero no decimos.
La serie arranca su sexta temporada y están filmando ya la séptima. Teniendo en cuenta que este éxito puede durar para siempre, ¿la serie no va acabarse nunca?
No, no. Las series que duran nunca son las que se basan en un solo personaje, sino en un grupo coral, como una comisaría, un bufete de abogados o un hospital donde los protagonistas van rotando. Además, House es tan autodestructivo que no puedes mantenerlo ahí eternamente. Está siempre en el límite, como un tipo a punto de tirarse desde una cornisa: o se tira o se da la vuelta, pero no va a quedarse en la cornisa para toda la vida, ¿no? Imagínate, y el público gritándole: "A ver, tío, qué haces, ¿saltas o no? ¡Salta!".
Entonces, a ver, ¿cuándo cree que va a saltar House?
Estamos rodando el séptimo capítulo de la séptima temporada, y yo creo que será tan buena como las anteriores, que a mí me parecen fantásticas. Y el asunto es que cuando un programa es bueno y tiene tanta audiencia, no hay motivos para dejar de hacerlo. Pero no sé, los planes de momento son terminar los 22 capítulos de esta temporada. No tengo ni idea de lo que pasará a continuación.
Al parecer, su interpretación del doctor House es una especie de tributo a su padre, que era médico, ¿tiene usted una percepción singular del dolor?, ¿es esto lo que le ayuda a actuar de forma tan verídica?
Algo hay. Yo solía practicar remo, que es un deporte fundamentalmente doloroso: remar es sufrir, todo el rato. Y, en cierta forma, siento decirlo, ese dolor me gustaba, bastante.
¿Como si encontrara placer en la autoflagelación?
Quizás. Es el mismo mecanismo que me impide aceptar el placer sin más: me siento a gusto con el dolor. Sé que es algo retorcido, sí.