El líder de la central obrera peronista CGT, Hugo Moyano, profundizó la noche del miércoles su desafío a la presidenta Cristina Kirchner, que intenta desplazarlo del cargo, al anunciar una huelga nacional de camioneros y otros gremios, con movilización a la Plaza de Mayo.
"Vamos a convocar el jueves al consejo directivo (de sindicatos opositores) que decidirá cuándo se realiza una huelga nacional, de camioneros y otras actividades, con movilización a la Plaza de Mayo (frente a la sede gubernamental)", dijo Moyano en una entrevista con el canal TN de televisión.
El Sindicato de Camioneros, controlado por Moyano, cumplirá hasta el viernes una huelga en demanda de aumentos salariales que afecta al abastecimiento de combustibles, aunque el objetivo es una medida de fuerza de mayor alcance. La Federación de Entidades de Combustibles de Buenos Aires (Fecoba) advirtió que este jueves podría agotarse el stock de gasolinas.
Al agravarse el enfrentamiento político y gremial, Kirchner tuvo que anticipar su regreso desde Rio de Janeiro donde participaba de la cumbre de la ONU sobre desarrollo sustentable Río+20.
"La presidenta ha adelantado la vuelta por esta actitud de paro salvaje que demuestra desprecio por millones de argentinos", dijo el ministro del Interior, Florencio Randazzo, en rueda de prensa.
Cerca de la medianoche, efectivos de la Gendarmería (policía militarizada) montaron un cerco en torno a destilerías para garantizar la distribución de combustibles y mantuvieron forcejeos con decenas de activistas camioneros.
"Vamos a iniciar acciones penales. No es concebible estar en paritarias (con las patronales) en plena negociación por salarios y hacer huelgas sorpresivas", anticipó Randazzo.
Moyano había sido un aliado táctico de los gobiernos peronistas del fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y de su esposa, Cristina Kirchner (2007-2011, reelegida hasta 2015), hasta que pasó a la oposición cuando el Gobierno empezó a motorizar su reemplazo.
La mandataria formó este año una nueva coalición de sindicalistas afines en el seno de la CGT con el fin de impedir la reelección de Moyano en un congreso obrero a realizarse en julio y sustituirlo por otro peronista, el líder de los metalúrgicos Antonio Caló.
La CGT, central mayoritaria con ocho millones de afiliados, parece encaminarse así hacia una ruptura en dos sectores o bandos, uno opositor vinculado a Moyano y otro oficialista dirigido por Caló.
"Si la CGT se rompe, el panorama es más difícil", comentó el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), la patronal más grande del país, José de Mendiguren.
La economía local se encuentra en franca desaceleración por el impacto de una crisis mundial cada vez más profunda y la consultora Bein y Asociados redujo de 3% a 2,5% la proyección de crecimiento para este año, sujeta a que Europa se estabilice y Brasil arranque.
El Sindicato de Camioneros, con 250.000 afiliados, negocia salarios en las comisiones paritarias que integran gremios y patronales en el Ministerio de Trabajo, pero su reclamo de 30% de aumento fue rechazado.
Moyano ha dicho siempre que su demanda salarial se basa en lo que llama "inflación de supermercado", es decir el alza real del costo de vida, que consultoras económicas calculan en un 25% anual pese a que las cuestionadas estadísticas del gobierno la ubican en menos de 10%.