El régimen sirio mantiene a miles de personas en centros de detención donde se perpetran en forma sistemática torturas y abusos, incluso sexuales, advirtió hoy Human Rights Watch (Hrw) en un nuevo informe.

El reporte, llamado "El archipiélago de la tortura", sostuvo que "el uso sistemático de abusos y torturas indica claramente una política de Estado de la tortura y el maltrato, y por lo tanto constituye un crimen contra la humanidad".

El documento, de 81 páginas, se basa en más de 200 entrevistas realizadas a ex detenidos y desertores desde marzo del 2011, cuando comenzaron las protestas contra Damasco y la represión. Según estos  testigos existen 27 centros en manos de las cuatro principales agencias de  información del régimen, conocidas como "mujbarat".

"Las agencias de inteligencia gestionan un archipiélago de centros de tortura distribuidos en todo el país", sostuvo Ole Solvang, investigador de Human Rights Watch.

"Publicando la ubicación de estos centros, describiendo los métodos de tortura e identificando a los responsables, estamos advirtiendo que estas personas deberán responder por estos crímenes horribles", manifestó.

Por su parte el alto comisario de Naciones Unidos para los Derechos  Humanos, Navi Pillay, acusó de nuevo al gobierno y a la oposición de  "violaciones graves".

El gobierno "bombardeó a ciegas zonas civiles, cometió asesinatos  precisos", practicó la tortura, la detención arbitraria y los ataques contra  hospitales, según el portavoz de la ONU.

Pero también la oposición asesinó a presuntos colaboradores con el régimen  de Damasco y grupos armados atacaron al menos un establecimiento médico por  razones militares, según la ONU.

UNIDAD
Paralelamente, en El Cairo, la oposición al régimen de Bashar Asad se reúne por segunda vez por iniciativa de la Liga Arabe para intentar forjar la unidad y preparar el futuro del país, tras más de 15 meses de revuelta, en un contexto de violencia  creciente.

PLAN
A su vez, Assad trató de calmar esta jornada la tensión con Turquía tras el  derribo de un avión de combate turco el 22 de junio y dijo que no tenía la  intención de concentrar tropas en la frontera entre ambos países.

"Habría deseado a 100% que no lo hubiésemos derribado", dijo el presidente  sirio en una entrevista al periódico turco Cumhuriyet, dos semanas después de  que el Phantom F-4 fuera derribado en el Mediterráneo.

En el frente diplomático, Estados Unidos aseguró que el plan internacional  adoptado el fin de semana en Ginebra para una transición política ofrece a la  oposición "garantías de acero" para que el presidente Assad no participe en el  futuro gobierno, una de las condiciones de la oposición.

El sábado en Ginebra, el grupo de acción sobre Siria, que reúne a los cinco  miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, China,  Rusia, Francia y Reino Unido), a Turquía y a representantes de la Liga Arabe  llegó a un acuerdo sobre los principios de transición en Siria.

El plan prevé un gobierno de transición que podría incluir a miembros del  gobierno actual y a la oposición y que tendría que formarse partiendo del  "consenso mutuo".

Las incógnitas en el proceso de transición podrían llevar sin embargo a la  ONU a reducir o incluso a cerrar su misión de observación en Siria, dijo el  lunes el embajador francés en la ONU. Los 300 observadores militares no armados  suspendieron sus patrullas por los combates y su mandato termina el 20 de julio, consignó AFP