La organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch acusa al FBI estadounidense de haber incitado a musulmanes a cometer actos terroristas en el marco de investigaciones encubiertas, según indica en un informe difundido hoy en Washington.

De acuerdo con HRW, desde el 11 de septiembre de 2001 hubo 75 de estas "Sting Operations" y en algunos casos los investigadores encubiertos incluso pagaron dinero. "En algunos casos el FBI puede haber convertido a personas que respetaban las leyes (...) en terroristas", señala el informe difundido hoy por la organización.

En los últimos años, el FBI anunció varias veces victorias en la lucha contra el terrorismo tras este tipo de investigaciones. En la mayoría de los casos, los investigadores encubiertos habían prometido a las personas explosivos para atentados, y luego las habían detenido. 

Si bien Human Rights Watch reconoce en el informe que el FBI logró detectar muchas veces a sospechosos relacionados realmente con la planificación y financiamiento de actos terroristas durante estas investigaciones, añade que "el FBI suele poner en la mira personas que antes de las investigaciones no tenían nexos con el terrorismo", según dijo Andrea Prasow, portavoz de HRW en Washington.

"Suelen poner en su mira gente en base a su religión o su origen étnico. Eso implica una clara violación de los derechos humanos", añadió.

El grupo acusó además al FBI de tomar como blancos a individuos vulnerables, como aquellos con problemas mentales o un estatus socioeconómico bajo.

Más de 500 personas han sido procesadas por cargos de terrorismo desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Alrededor del 50 por ciento de los casos se fundaron en el trabajo de informantes. El 30 por ciento de éstos -unos 75 casos- involucraron "sting operations", en las que los informantes tuvieron un papel activo.

HRW describe en su informe como informantes encubiertos del FBI son enviados a mezquitas y comunidades musulmanas para buscar ayuda para llevar adelante atentados falsos. Suelen ofrecer grandes cantidades de dinero y luego arrestan a los individuos que se manifiestan dispuestos a participar.

En uno de los casos, llamado "Newburgh Four", un informante le ofreció a James Cromitie 250.000 dólares en 2009 para llevar a cabo un atentado para atacar una base militar cerca de Newburgh, en Nueva York. 

Al principio, Cromitie se mostró reticente, pero presionado tras perder su trabajo en Wal-mart, accedió a formar parte de la trama.

En varios casos, presuntos terroristas estuvieron detenidos por hasta cinco años, a veces en confinamientos solitarios, mientras esperaban juicio. 

Uno de los casos mencionados en el informe es el de Rezwan Ferdaus, condenado a 17 años de prisión en 2012 tras mostrarse de acuerdo en ayudar a un informante del FBI a cometer un atentado contra el Pentágono y el Capitolio. "Ferdaus tenía varios problemas mentales de los que sabía incluso el FBI, lo que plantea preguntas acerca de su podría haber llevado adelante algún plan por su cuenta", indica el informe.

"Los estadounidenses musulmanes viven ahora en constante miedo a su gobierno", completó Prasow.