Trabajó en tres álbumes con él, trasnochó siguiéndole el pulso a un tipo detallista como pocos y tuvo "acceso" a una de las personalidades más complejas en la historia de la música popular.
El productor chileno Humberto Gatica (57), que hace 41 años vive en Estados Unidos, supervisó la grabación de álbumes clave en la carrera de Michael Jackson.
Thriller (1982), Bad (1987) e Invincible (2001), además del proyecto de USA for Africa, fueron los títulos donde Gatica conoció el estricto perfil profesional del músico que murió ayer: "Pudo haber sido una persona de personalidad extraña y de aspecto frágil, pero podía ser muy duro cuando quería serlo", cuenta al teléfono desde Los Angeles y todavía conmocionado por la noticia que conmovió al mundo entero.
Gatica no ocupa eufemismos para hablar de Jackson: "El tipo era un genio, un fenómeno, un hombre que jamás podía permitir que algo fuera publicado si es que no estaba perfecto".
Ese ánimo de prolijidad extrema lo tuvo una noche del 2000 hasta altas horas de la madrugada tratando de resolver un par de compases de Break of dawn, tema que finalmente apareció en Invincible.
"Nos quedamos tres horas tratando de arreglar lo que él consideraba que era justo arreglar. Y ahí estaba Michael. Sentado en la sala de control, con el volumen a tope y repasando un ritmo que no lo convencía. Una y otra vez. Eso te demuestra que era un profesional ciento por ciento".
Pero no todo era profesionalismo. Para Gatica, el cantante no ambicionaba menos que la magia: "Era una palabra que mencionaba a menudo", cuenta. "Siempre repetía ese concepto para lo que sea que estuviéramos haciendo. Incluso la última vez, hace dos semanas cuando me habló por teléfono para hacer un nuevo disco, mencionó lo mismo".
El chileno dice que no está para alimentar el morbo de nadie y toma distancia de las acusaciones que marcaron la vida de "Jacko": "Independiente de las cosas que ha dicho el mundo, yo me quedo con su música, con lo que lo convirtió en un grande. Es muy fuerte su muerte, para todos los que lo conocimos, se siente un vacío muy grande darse cuenta de que él ya no va a estar más aquí".