"Deriva natural evolutiva" se llamó la charla que el miércoles inauguró el ciclo Foundations Lectures, una serie de conferencias de difusión científica a nivel internacional (ver recuadro). El encargado de abrir la serie fue el biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias Naturales 1994 y conocido a nivel mundial por el concepto de "autopoiesis", que desarrolló junto al fallecido neurobiólogo Francisco Varela, y que fue acuñado en el libro "De máquinas y seres vivos",  publicado en 1973, hace más de 40 años.

Allí habló de cómo llegó a la autopoiesis, propiedad  esencial que define a un ser vivo, para luego insertarse en la deriva natural, una teoría desarrollada en los 90 junto a Jorge Mpodozis, que intentar llenar vacíos de la Teoría del Origen de las Especies de Darwin y rescata la participación de la conducta en la historia de la diversificación de los seres vivos.

Además de dictar charlas,  Maturana sigue recibiendo reconocimientos. El año pasado fue distinguido con la medalla que entrega la Organización Mundial de Sistemas y Cibernética, por su contribución al desarrollo de la teoría de sistemas, biología, cibernética, y a su larga trayectoria científica.

Desde el año 2000 está  dedicado  a Matríztica, un centro de investigación que fundó junto a Ximena Dávila, donde  se ha centrado en lo que llaman biología cultural.

"Nuestro tema es, en términos generales, cómo es que a las personas les importan las consecuencias de sus actos y a veces no. Así que, siguiendo distintas maneras, estamos estudiando la naturaleza de los haceres, sentires, emociones", dice.

Empezaron con esa pregunta ¿cómo han avanzado?

Empezamos con esa pregunta y seguimos con esa pregunta. El primer avance interesante es que los humanos somos una unidad biológica cultural. También hemos avanzado en lo que se refiere a entender a los organismos en la unidad ecológica organismo-nicho, que tiene que ver con el modo de vivir.

Se refiere a que los seres vivos no operan ni viven en un vacío relacional, sino que ser vivo y su nicho constituyen una unidad relacional y que cambian de manera congruente si algo ocurre.

Uno se imagina al biólogo en el laboratorio o en trabajo de campo, pero no es lo que se hace en Matríztica.

Lo que hacemos en Matríztica es ciencia, estamos haciendo trabajo científico y al mismo tiempo de reflexión filosófica. Uno hace filosofía cuando se pregunta por los fundamentos de lo que hace. ¿Cuál cree usted que es el tema del biólogo?... Es el estudio de la vida y puede ser en todos lados. El laboratorio es un caso particular. Que uno no esté en el laboratorio o no esté en la montaña no quiere decir que no está haciendo ciencia o que no está haciendo investigación biológica, depende de la naturaleza del tema. Hay cosas que solamente las va a poder hacer en la montaña, observando directamente, o en un laboratorio, haciendo experimentos, creando situaciones artificiales. Yo he pasado y estoy en todas. En Matríztica estamos en lo que corresponde a cada momento.

Hoy realizan charlas a empresas, ¿eso los retroalimenta?

Desde luego, todo lo que hacemos. La orientación hacia las organizaciones tiene que ver con eso, la mirada de la organización no como un ente biológico, pero como ente artificial humano que tiene que ver con el vivir humano y el vivir humano es biológico cultural.

LÍDER DE OPINIÓN

Maturana es uno de los pocos científicos chilenos a los que se ha dado tribuna para opinar sobre la sociedad actual y ha estado abierto a hablar de aborto (que defiende), movimientos sociales, y sobre todo, de educación.

¿Cuál es su visión de la situación actual de las ciencias en Chile?

Creo que hay mucha actividad científica y eso es muy bueno, en todos los campos, biología, medicina, física, química, en todo. No hay que pensar cuál es la significación histórica grandiosa,  eso es una tontera. Lo interesante es que hay gente que investiga, que hace buen trabajo, que forma gente joven, estudiantes y que hay actividad. Ahora si me pregunta sobre las condiciones materiales que hay para hacer ciencia, puedo decir que han mejorado muchísimo, aunque los científicos siempre vamos a decir que falta un poco de apoyo, pero lo que se hace en Chile se hace bien.

¿Cree que la sociedad valora lo que hacen  los científicos chilenos?

No lo sé, pero en la medida que hay actividades, organismos de gobierno que apoyan, quiere decir que sí.

¿Qué le parece lo que está pasando con la reforma educacional?

Pienso que hay que conversar más, entender un poco más, para eso hay que ver qué es lo que se quiere con educar, por qué la educación es tan fundamental y qué es lo que se quiere con evitar la discriminación, y cómo se hace para que eso pase. Porque en el fondo, el verdadero tema es cómo nos formamos los chilenos de modo que no generemos discriminación, que no contribuyamos a la generación de la pobreza con lo que hacemos. Se requiere seriamente hacer las cosas, no se resuelven de la noche a la mañana.

Se necesita más que una reforma.

La reforma es el hito, o sea, tenemos que cambiarla, algo no está bien y por qué no está bien, porque se produce discriminación, cómo lo hacemos para que eso no pase, como resultado de la separación que hacemos de los distintos grupos de jóvenes según su posición económica o algo por el estilo, de eso se trata y eso requiere una conversación, porque nos involucra a todos.

Ha habido comentarios diciendo que en otros países la gente sale a reclamar por la corrupción o el terrorismo, pero en Chile sólo sale cuando quiere algo gratis, ¿cuál es su opinión?

Yo no sé si es así, yo creo que la gente sale a la calle cuando siente que algo de su dignidad se está violando, y depende de la cultura, de cómo se vive en el país. A lo mejor vivimos de manera distinta, pero si en el país hay discriminación e inequidad, si hay una tradición paternalista, entonces se vivirá de cierta manera y se quejará o se buscará algo que tenga que ver con la satisfacción de los deseos que uno tiene desde esa forma cultural.