Los daños provocados por el huracán Irene, desde la inundación de rutas hasta la pérdida de reservas hoteleras, podrían alcanzar los 12 mil millones de dólares, según reportó hoy The Wall Street Journal.
El diario precisó que la cifra estimada por economistas y expertos en seguros podría seguir aumentando, ya que los estados más afectados sufrirán mayores pérdidas por turismo en las últimas semanas del verano boreal.
Sin embargo, Irene podría tener un impacto positivo en el sector de las construcciones.
En tanto, el transporte público volvió hoy a la normalidad en la mayor parte de los estados de la Costa Este de EEUU, aunque muchas poblaciones siguen inundadas y miles de hogares carecen de electricidad.
Por lo menos 46 personas murieron a causa de la tormenta, que barrió el Caribe y la costa oriental estadounidense antes de azotar Canadá.
La mayor parte de los usuarios de los ferrocarriles de Long Island Rail Road y el de Metro-North Railroad pudieron llegar al centro de la ciudad, pese a que algunas poblaciones de Long Island siguen sin electricidad. En el norte, Vermont sufrió las peores inundaciones en un siglo, según el gobernador.
A su vez, parte del servicio ferroviario Amtrak, en el noreste del país, funcionó de forma limitada o fue suspendido y las aerolíneas dijeron que pasarán días antes que miles de pasajeros varados puedan volver a sus hogares.
El número de muertos en los 11 estados orientales del país aumentó por lo menos a 40, en su mayor parte a causa de los árboles abatidos o electrocutados por cables desprendidos.
Un conductor desapareció tras ser barrida una carretera que se tragó a dos automóviles a unos 100 kilómetros al noreste de Montreal.
Además, Irene mató por lo menos a cinco personas en la República Dominicana y Haití y otra, una mujer, en Puerto Rico.
En Carolina del Norte, donde el Huracán tocó tierra el sábado en la cadena de islas, los Outer Banks, que jalonan su costa, unas mil personas siguen en refugios de emergencia.
Al mismo tiempo, casi cinco millones de hogares y empresas en 12 estados siguen sin electricidad y las eléctricas advirtieron que podría pasar una semana o más antes de que algunos clientes puedan prender las luces.