El huracán Odile se degradó a categoría 1 tras tocar tierra en la madrugada del lunes cerca de Los Cabos (noroeste de México) donde miles de turistas, la mayoría extranjeros, y residentes se resguardaban del fenómeno, del que las autoridades no han reportado víctimas. La temporada de ciclones en México se extiende hasta finales de noviembre.

A pesar de la degradación del ciclón, las autoridades mexicanas mantienen la alerta máxima debido a las intensas lluvias que caen sobre el estado de Baja California Sur. Mientras, la tormenta se desplaza al noroeste sobre la península de Baja California a 20 kilómetros por hora con vientos máximos sostenidos de 150 kilómetros por hora y rachas de hasta 190 kilómetros.

Odile impactó hacia las 04.45 GMT del lunes a unos 10 km al este de la  turística Los Cabos (238.000 habitantes), con vientos sostenidos de 205 km/h,  cuando se encontraba en la categoría tres de la escala Saffir-Simpson, de un  máximo de cinco, precisó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos  (NHC).

En su último reporte de las 12.00 GMT, la oficial Comisión Nacional del  Agua (Conagua) indicó que Odile avanzaba degradado a categoría 2 pero mantenía  su amenaza avanzando hacia el noroeste de la península de Baja California. 

Al momento de ese reporte, el huracán se desplazaba en tierra a una  velocidad de 26 km/h a 60 km al oeste de La Paz, capital de la región de Baja California Sur, con vientos sostenidos de 175 km/h y rachas de 195 km/h.

De acuerdo con los meteorólogos, la intensidad de Odile debería continuar  disminuyendo en el transcurso de los próximos días. 

La fuerza del huracán obligó a las autoridades a resguardar a unos

"30.000  turistas: 26.000 extranjeros y 4.000 nacionales", en 18 hoteles de la zona que  cuentan con refugios contra huracanes

, dijo el director de Protección Civil del  gobierno mexicano, Luis Felipe Puente.

Para los residentes permanentes de los municipios de Los Cabos y La Paz, en  especial aquellos que viven en zonas bajas o de alto riesgo de deslaves, se  habilitaron 164 albergues con capacidad para 30.000 personas.

En la madrugada del lunes, entre 6.000 y 7.000 de esos residentes habían  sido evacuados, algunos de ellos hacia albergues muunicipales, en tanto que  otros buscaron refugio en casas de familiares, dijo Puente a la televisora Foro  TV.

En una conferencia ofrecida antes de que Odile tocara tierras mexicanas,  David Korenfeld, director de la Conagua, advirtió que detrás del huracán  vendrán olas de hasta 10 metros de altura en algunas zonas, se producirán  deslizamientos de tierras y se generarán varios tornados en la península de  Baja California, donde también abundan comunidades de pescadores.

El suministro de luz y de agua potable fue cortado en Los Cabos para evitar  accidentes. También en La Paz, de 252.000 habitantes, fue cortado el suministro  eléctrico y cerradas las operaciones de su aeropuerto, informó su director de  Protección Civil, Eduardo Bautista, a la televisora Milenio.

Hasta el momento ninguna autoridad mexicana ha reportado graves daños o  víctimas tras el ingreso de Odile en territorio mexicano.

SORPRESA POR SÚBITA FUERZA DE METEORO

La trayectoria errática y la súbita fuerza que adquirió Odile entre la  noche del sábado y el domingo tomó por sorpresa incluso a las autoridades, que  trasladaron a cientos de efectivos de las fuerzas armadas al lugar para dar  apoyo a la población y enviaron dos aviones Boeing 707 con material para  eventuales tareas de reconstrucción.

Las operaciones en el aeropuerto de Los Cabos fueron suspendidas la tarde  del domingo, así como se prohibió la navegación en todos los puertos del sur de  la Península, se suspendieron las clases previstas para este lunes y se  cancelaron las celebraciones agendadas por las fiestas nacionales de la  independencia de México, que se festejan este lunes.