Después de siete años de creación ininterrumpida de empleos, Estados Unidos registró en septiembre el primer mes en que se destruyeron trabajos, pero esto se explica completamente por los huracanes Harvey e Irma. A pesar de esto, el desempleo tocó un nuevo mínimo y los salarios anotaron su mayor salto desde que comenzó la recuperación, lo que reforzó la opción de que la Reserva Federal aumentará las tasas de interés en diciembre.
El Departamento de Trabajo informó que se perdieron 33 mil puestos el mes pasado, la primera caída desde septiembre de 2010 y una cifra que fue peor a la estimación del mercado, de que se añadirían 80 mil empleos.
La agencia gubernamental explicó que su análisis sugiere que "el efecto neto" de los huracanes que golpearon a Texas a fines de agosto y a Florida a inicios de septiembre, respectivamente, "fue reducir la estimación del empleo total de las planillas no agrícolas para septiembre".
De hecho, la encuesta separada de hogares reveló que 1,5 millón de personas no pudo trabajar por el mal tiempo, la mayor cantidad desde enero de 1996.
A pesar del visible impacto que tuvieron sobre el empleo, estos fenómenos no perjudicaron la tasa de desempleo. De hecho, el indicador disminuyó dos décimas hasta 4,2%, nivel que no se veía desde febrero de 2001.
En tanto, el salario por hora promedio subió a un ritmo anual de 2,9%, variación que ya se había dado en diciembre de 2016 y que marca el mayor incremento en este ciclo.
Los analistas enfocaron su atención en estos dos últimos datos, ya que han mostrado un continuo fortalecimiento, más allá de las interrupciones temporales.
"La perspectiva para empleos, ingresos personales y gasto de los consumidores se mantiene optimista", sostuvo en un informe John Silvia, economista jefe de Wells Fargo. "La Fed aún tiene luz verde en diciembre, a pesar de que los empleos hayan caído en 33 mil en septiembre", agregó.
La probabilidad de que la Fed eleve los tipos a fin de año escaló a 76,7%.