El año 2008 marcó el despegue de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en el país, especialmente la solar y eólica, tras la promulgación de la ley que fomenta su uso. Hoy, el 11,7% de la matriz energética de Chile proviene de las ERNC.
Sin embargo, éstas enfrentan una serie de barreras para su crecimiento. Dos estudios, uno reciente y otro publicado en 2014, coinciden en la existencia de barreras para su desarrollo. El primero las clasificó en cuatro categorías y el segundo, en ocho.
El más reciente fue publicado a fines de abril por Shahriyar Nasirov, Carlos Silva y Claudio Agostini, de la U. Adofo Ibánez (UAI), quienes encuestaron a un total de 60 desarrolladores de proyectos. La investigación arrojó que existen 18 tipos de obstáculos, los que se pueden agrupar en cuatro categorías: económicos y financieros, tecnológicos y de infraestructura, institucionales y regulatorios, y de conciencia pública e información.
En específico, las principales barreras son de conexión al sistema de distribución de la energía, las trabas administrativas y problemas estructurales en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia) y los problemas de aseguramiento de la tierra y agua para proyectos.
Problemas en la red
El diagnóstico realizado por la UAI coincide con el estudio Identificación y análisis de barreras en el desarrollo de proyectos de ERNC, elaborado por la consultora ambiental Gescam por encargo del proyecto Fomento de la Energía Solar, en el que trabajan el Ministerio de Energía y la organización alemana GIZ.
Esta investigación identificó ocho tipo de obstáculos: gubernamentales, tecnológicos, mercado, recursos naturales, financiamientos, capital humano, sociales y transporte de energía (ver infografía).
Las categorías se agruparon según niveles de urgencia para su resolución. El transporte y las barreras gubernamentales quedaron en el primer lugar de la lista, al ser catálogados como "preponderantes".
Según el informe, que fue entregado en noviembre al Ministerio, el sistema de transporte de energía eléctrica en el sistema de conexión actual no está diseñado acorde a la distribución de los recursos energéticos de Chile.
Entre los expertos que participaron en el reporte figura el director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), Carlos Finat, quien señala que las barreras de tipo regulatorio han sido atendidas por el actual gobierno. "Hemos visto avance, como la inclusión de la ERNC en la licitación para empresas distribuidoras que se hizo el año pasado", dice Finat.
Sin embargo, advierte que el tema el transporte de energía es cada vez una barrera más importante y que está afectando no sólo el ingreso de nuevos proyectos, sino también a proyectos actualmente en operación. "La razón se debe a que por muchos años el sistema de transmisión se ha venido planificando de forma retrasada respecto de sus necesidades", explica.
Desde el Ministerio de Energía señalan que el diagnóstico del informe no refleja la realidad del país. Destacan la reciente firma del decreto que permitirá conectar el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), que se extiende desde Arica a Antofagasta, y el Sistema Interconectado Central (SIC), que va desde Taltal hasta la isla grande de Chiloé. Este hito es clave porque ayudará a transportar la energía renovable, fundamentalmente solar y eólica, desde la zona norte a la zona central, porque las fuentes renovables suelen ubicarse lejos de los centros de consumo.
"El avance de las energías renovables y nuestro compromiso de que representen un 20% de la matriz eléctrica al 2025 nos plantea requerimientos adicionales al desarrollo de la transmisión. Por eso tenemos que pensar, como país, en el desarrollo de una red de transmisión con una visión de largo plazo y con holgura para incorporar las nuevas tecnologías", dice el ministro de Energía, Máximo Pacheco.
Mano de obra
Al margen de las barreras preponderantes, existen otras de carácter urgente, como las relacionadas con los recursos naturales, en la que se señala que existe el problemas de la especulación con los terrenos, que también se menciona en la investigación de la UAI.
"Si se sabe que un proyecto se ubicará en cierto lugar, llegan personas con pertenencias mineras sobre dichos terrenos y negocian especulando. Algo similar ocurre con los derechos de agua", dice uno de los desarrolladores que participó en el estudio de Gescam.
Rodrigo Vásquez, asesor del Programa Energías Renovables del GIZ, señala que el estudio es una radiografía que recoge el problema de años anteriores y que hoy el escenario es más positivo. Sin embargo, advierte que hay barreras que continuan, como la de falta de capital humano. "Para los grandes proyectos solares, las empresas han traído gente extranjera con experiencia para la construcción e implementación", dice. Por esto, el GIZ impulsa un centro de formación de energía solar en conjunto con otros organismos.