Un estudio químico realizado a 198 muestras de cocaína decomisadas en Chile detectó la presencia de levamisol, un antiparasitario de uso veterinario que, al ser consumido por humanos, disminuye las defensas de su sistema inmunológico y puede provocar la muerte de una persona.
"En Estados Unidos se han registrado casos de fallecimientos vinculados a este compuesto", señala Boris Duffau, de la sección Análisis de Drogas del Instituto de Salud Pública (ISP), quien encabezó la investigación, publicada este mes en la revista de toxicología argentina Retel.
El estudio también detectó otros adulterantes, como cafeína, lidocaína, aminopirina y fenacetina, esta última prohibida en el país desde la década de los 80 por el ISP. "El levamisol y la fenacetina pueden llegar a ser incluso más dañinos que la propia cocaína", advierte el estudio del organismo.
El ISP ha realizado análisis similares en el pasado, pero esta es la primera vez que se hace a una escala mayor y bajo las recomendaciones de Naciones Unidas para esta materia. Además, se utilizaron técnicas como la cromotografía y la espectometría infrarroja, que elevan a un 100% la certeza de los resultados.
Baja pureza
El 67% de las muestras analizadas correspondió a cocaína base o pasta base de cocaína, y el resto a clorhidrato de la misma droga. El promedio de pureza de las muestras fue de apenas un 35%, lo que se explica porque los narcotraficantes necesitan hacer rendir la droga.
"Lo que ellos buscan es hacer que las personas experimenten el mismo efecto estimulante, pero con menos cocaína", agrega Duffau.
Los compuestos adulterantes de la droga se colocan en el país de origen de la cocaína. En Chile, los traficantes sólo agregan carbonato de sodio, almidón y azúcar, considerados diluyentes; es decir, son compuestos químicos que no presentan propiedades farmacológicas significativas, pero que son utilizados para aumentar el peso de la unidad de dosis comercializada.
"El bajo porcentaje de cocaína presente en cada una de las muestras analizadas revela una extensa adulteración de las muestras incautadas, lo que implica la necesidad del usuario de recurrir a nuevas dosis para experimentar el efecto estimulante buscado", concluye el estudio.
El ISP también se encuentra analizando la composición química del éxtasis, droga que, según Duffau, está arrojando resultados similares en cuanto a la adición de compuestos que aumentan la peligrosidad para los consumidores.
Este tipo de análisis son relevantes porque, además de alertar sobre los peligros para la salud, permiten a las policías detectar el origen de las drogas, gracias a la identificación de adulterantes y diluyentes que se agregan.