Este martes la Iglesia Católica presentó la carta pastoral "Chile, un hogar para todos" en la que llamó a "humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile" y a que la "necesaria denuncia de la corrupción no condene a la política en su conjunto".
En este último punto, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile planteó que "como en otros lugares del mundo, la actividad política está hoy, por desgracia, desprestigiada. Algunos programas políticos fácilmente responden a cálculos electorales más que a una gran idea de país", refiriéndose al actual escenario previo a las elecciones del 19 de noviembre.
El texto además reconoce que "se ha introducido una profunda desconfianza por la colusión entre política y dinero, y por una sensación de promesas incumplidas. Sin embargo, la necesaria denuncia de toda corrupción no puede condenar a la política en su conjunto. Por el contrario, el actual desprestigio hace urgente que la ciudadanía ejerza su responsabilidad cívica y que modifique profundamente el modo de hacer política".
Para la Iglesia, la política no puede olvidar jamás que su centro y su fin es el ser humano. Sirve al "bien común", es decir, vela por el bien de todos, defiende derechos universales, respeta diferencias y se preocupa por los más débiles.
En este sentido hizo un llamado a los compatriotas, especialmente a los jóvenes, "a aportar sus mejores sueños para Chile participando activamente en los partidos y movimientos políticos".
Violencia hacia la mujer
En el documento, la Conferencia Episcopal plantea que "la violencia contra mujeres es dramáticamente cotidiana y no pocas veces encubierta con diversas redes de protección a los agresores. El abandono y discriminación que sufren muchas mujeres es una señal de alerta que no nos puede dejar indiferente".
Además, agregó que "tenemos que ser particularmente serios en la consideración de la vocación materna de la mujer, acompañada por su esposo, y por la sociedad invirtiendo en ella y en su familia".
Araucanía y migración
Respecto de la Araucanía, la Iglesia espera que "el fruto de la última comisión asesora presidencial -en la que la Iglesia ha tenido una gravitante participación- y las políticas anunciadas verdaderamente puedan traducirse en caminos de paz y justicia para una región que lleva mucho tiempo sumida en conflictos".
En este sentido, agregó, que "otro hecho relevante es el de la inmigración. Creemos que los hermanos inmigrantes, muchas veces sufrientes y solos, deben ser acogidos, protegidos, integrados y promovidos en una fraternidad real y sincera, que los considere un aporte a la casa común y les abra fraternalmente las puertas del hogar, ofreciéndoles condiciones dignas y humanas de vida y trabajo, evitando todo tipo de discriminación".
Tras la presentación de la carta el cardenal Ricardo Ezzati sostuvo que "creemos que Chile tiene una gran vocación de ser un país que se construye y que se seguirá construyendo como un hogar con los grandes valores propios de un hogar".
Y agregó: "Esperamos que sea una indicación de camino para Chile en este momento muy peculiar en la que esperamos la visita del Papa y, sobre todo, en momentos en que Chile está definiendo su camino para el futuro con las próximas elecciones".