Esta semana uno de los temas de conversación ha sido la llamada "casa embrujada" de Puerto Montt, luego de que un carabinero afirmó que invocó al diablo cuando ingresó al inmueble tras el llamado de la familia que vive en ella.
El arzobispado de Puerto Montt, mediante un comunicado de prensa, hizo un llamado a la comunidad a "proceder con el mayor respeto y prudencia ante este caso, considerando que hay una familia que vive una alteración de su convivencia cotidiana, que se suma a la confusión ocasionada por la sobre exposición de los medios de comunicación y la aparición de todo tipo de personas que pretenden entregar una solución, buscando más bien protagonismo u otros intereses".
"Ciertamente que el espíritu del mal existe, pero ante casos como este la Iglesia tiene larga experiencia y normas canónicas que indican la necesidad primera de recurrir a especialistas de distintas disciplinas para ayudar a determinar el origen del problema, por lo que se reitera el llamado es a la prudencia y cautela".