Tal como lo hizo en 2000, por el Jubileo (fiesta) celebrado ese año por el catolicismo y que permitió que 1.600 reclusos -que cumplían condenas menores a cinco años o con enfermedades terminales- accedieran a beneficios, como rebaja de sus penas o la libertad inmediata, la Iglesia Católica, a través de la Conferencia Episcopal, prepara un proyecto que conversará con el Congreso y el Ejecutivo, para que a través de una ley se puedan entregar beneficios similares en 2010 a la población penal, por las celebraciones del Bicentenario.

La propuesta coincide con el intenso debate generado en la campaña presidencial a raíz del indulto que, en 1994, otorgó Eduardo Frei a Angel Vargas Parga y que ha sido criticado reiteradamente por Sebastián Piñera, quien de hecho volvió a referirse al tema ayer.

Desde Concepción, además, la Presidenta Michelle Bachelet anunció que pedirá estudiar modificaciones al sistema chileno de entrega de indultos presidenciales.

Al respecto, una encuesta de La Tercera reveló un mayoritario rechazo a la facutlad presidencial.

La nueva propuesta de la Iglesia Católica, en todo caso, comenzó a materializarse a fines de 2008, cuando la Capellanía de Gendarmería inició los estudios para definir qué delitos y personas podrían recibir este beneficio, proyecto que hace un mes fue presentado a la Conferencia Episcopal para su estudio en detalle.

Según explica el capellán de Gendarmería, Jaime Nawrath, el proyecto contempla beneficios "para mayores de 70 años, enfermos terminales, reclusos por hechos menores 'que no son de sangre' (económicos, hurtos o robos sin lesiones o muertes), mujeres que están criando hijos y extranjeros recluidos por delitos menores".

La Conferencia Episcopal se encuentra revisando la proposición con sus abogados. "La idea es entregar un proyecto sólido que pueda tener una rápida aprobación", dice el capellán metropolitano, Marcelo Mancilla. 

En tanto, el cardenal Francisco Javier Errázuriz dice que el proyecto "está en una etapa inicial y recién se está conversando, pero tiene como objetivo amnistiar a enfermos terminales y dignificar la situación penitenciaria".

PRESENTACIÓN AL GOBIERNO
La Iglesia buscará conversar con diversos actores y lograr apoyos para su proposición, pese a que hay conciencia de que por tratarse de un año electoral y un tema sensible, las conversaciones podrían trabarse este año. "Hay que  conversar y discutir con parlamentarios y autoridades", dice Nawrath.

Para ello, desde la capellanía se ha sondeado a diversos parlamentarios para testear apoyo y también se buscará aunar posiciones con la Capellanía Evangélica de Gendarmería. Además, miembros del comité permanente de la Conferencia Episcopal sostuvieron hace 15 días una reunión con el ministro José Antonio Viera-Gallo para darle a conocer la idea.

Consultado al respecto, el senador de la UDI, Hernán Larraín, afirmó desconocer el proyecto, pero que "ciertamente hay cosas que se podrían hacer en ese sentido, bien estudiado y acotado, para que no se presente como una debilidad de la justicia, sino como un reencuentro entre los chilenos".