Tras varios meses en los que circularon rumores de que aerolíneas de nivel mundial querían ingresar a la propiedad de Latam Airlines, hoy la compañía chileno brasileña disipó las dudas y anunció que llegó a un acuerdo para que Qatar Airways ingrese a la propiedad de la firma, con un límite de 10%, mediante un aumento de capital por US$ 613 millones.
Ignacio Cueto, uno de los socios controladores del grupo, se muestra contento y satisfecho con el acuerdo, pues, a su juicio, es un "apoyo y espaldarazo" al trabajo que viene realizando la empresa desde que se fusionó LAN y TAM en 2012, donde han debido sortear el difícil panorama de Brasil y de la región.
Lee acá un adelanto de la entrevista que publicará mañana La Tercera.
¿Cuáles son los alcances de este acuerdo?
Es un gran reconocimiento de una compañía bastante prestigiosa y relevante a nivel mundial a la gestión de Latam Airlines. Desde esa dimensión, estamos muy contentos por este espaldarazo, apoyo, a lo que hemos construido en todo este tiempo. Y sobre todo es un apoyo importante a nuestro proyecto de desarrollo de compañía, que tiene que ver con conectar América Latina al mundo. Y este esfuerzo que hemos hecho en la región sin duda no ha sido fácil, sobre todo en los últimos años, que han sido complejos dada la situación de Brasil y de la región en general, por lo que venga alguien que sabe de este negocio y esté dispuesto a hacer una oferta sustancial y participar en la compañía, nos llena de orgullo y de alegría.
¿Ellos se acercaron a ustedes?
Sí, ellos vinieron hace algunos meses a través del banco HSBC, quienes se acercaron a nosotros en una reunión y nos manifestaron que Qatar tenía esta intención de participar y de entrar a la casa por la puerta ancha y nos plantearon cómo queríamos hacerlo. Nosotros, a pesar de que no estábamos buscando un aporte de capital, dada esta propuesta, el tema se llevó al directorio y ahí decidimos que las condiciones ameritaban que se considerara este aporte de capital. La otra opción habría sido que alguien vendiera, pero nosotros no queremos vender, ni tampoco queremos diluirnos.