Ignacio González (27 años) fue la figura de San Luis en la primera fecha del Torneo de Transición. El arquero formado en Colo Colo llegó a Quillota en búsqueda de la regularidad que no encontró en Palestino. Sus metas en la Quinta Región son altas. "Quiero ser campeón y llegar a la selección chilena", confiesa, a La Tercera, el portero que hoy disfruta al máximo de cada entrenamiento, tras sobrevivir a un balazo en 2015.
¿Por qué fichó en San Luis?
Me venían buscando hace dos años. Había un interés real. Me atrajo mucho que el club viene haciendo las cosas bien, con buenos jugadores y un gran cuerpo técnico, que aspira a cosas altas. Estoy agradecido de Palestino, pero necesitaba más regularidad. Allá no se me dio, pese a que cuando jugué siempre respondí a las expectativas, como ante Flamengo. Tenía buen rendimiento y salía. No entendía nada. Tenía que ir a un lugar donde confiaran en mí.
¿Lo habló con Nicolás Córdova?
Lo hablamos. Me decía que era decisión técnica. Es complicado para un jugador que responde bien salir del equipo. Es súper difícil.
¿Cuáles son sus metas actuales?
En cada parte donde he estado es la más alta: ser campeón. Cuando estuve en Copiapó, era ascender; en Palestino, ganar la Copa Sudamericana. Quiero ser campeón con San Luis. El club tiene objetivos altos. Es cosa de ver cómo se reforzó, cómo trabaja en el complejo, en los viajes. Hay un tremendo esfuerzo y eso fue una motivación para mí.
¿Cuál es el sello de Miguel Ramírez, su cotizado técnico?
La mentalidad ganadora. Trabajar siempre para ganar y buscar lo mejor para el equipo. Se ve en los detalles. Acá al profe le gusta mucho la intensidad, presionar, el orden, que el jugador esté a full. Te obliga a estar preparado al ciento por ciento. Es cosa de vernos jugar. Somos un equipo dinámico, que presiona harto, con buen estado físico.
Ante Huachipato fue la figura, ¿cuál es su forma de entrenar?
La clave para mejorar es la repetición y trabajar. En mi caso, llego una hora antes y me quedo una hora después entrenando hasta que se vaya el último compañero. Mientras quede uno sigo practicando remates con él. Tengo el récord nacional de penales atajados, siete de nueve, cuando estaba en Copiapó. Y era porque me quedaba todos los días entrenando. Ahora igual, si los más chicos se quedan, me quedo feliz con ellos. Trabajar te da todo, es lo que te lleva a mejorar.
¿Cuál es la fórmula para transformarse en un atajapenales?
Aparte de quedarme siempre entrenando penales, tiros libres y centros, siempre hay un estudio de todos los jugadores. Es un trabajo completo. Uno en el momento tiene que decidir también. Trato de esperar lo máximo posible al pateador y sigo mis instintos. Es un tema de convicción. Espero hasta el último momento y siempre pensando que se puede atajar el penal.
¿Cuánto y cómo le cambió la vida tras recibir un balazo en 2015?
Cuando pasó eso me quedó la bala en el pie derecho y también me rozó una esquirla. Menos mal que en la cirugía quedó todo impeque. La saqué barata. Que te llegue un balazo y seguir jugando es casi un milagro. He madurado mucho gracias a lo que me pasó. Estoy feliz. En la vida uno tiene que aprovechar las oportunidades y pegarse la avispada.
¿Usted se pegó la avispada?
Sí, el balazo hizo que me avispara, me hizo valorar las cosas simples y saber que cada día puede ser el último. Se me pasaba por la cabeza no haber podido jugar más a la pelota; sería todo terrible, es mi pasión, lo que más quiero. Estuve a punto de no jugar nunca más. Ahora entreno con muchas más ganas que antes. Cada entrenamiento es un regalo para mí.
¿Está preso quien le disparó?
Saben quién es, pero aún no lo pillan. Siento una impotencia tremenda, porque ya pasaron dos años. La mujer involucrada estuvo tres meses presa mientras duró la investigación y después salió libre. ¡Imagínate lo que fue en su momento! ¡Hubo varios heridos que podrían haber muerto! La impotencia que da que estas cosas pasen es tremenda. Ojalá que lo pillen y hagan justicia, porque no solamente pudieron cortarme la carrera, ya que a un amigo le llegó un balazo en la cara y tuvo que hacerse varias cirugías. No se cómo se puede llegar a esto. Es un tema a nivel país, que no sólo me afecta a mí.
¿Qué le pareció la salida de Colo Colo de Justo Villar?
No sé mucho del caso. Sí puedo decir que Justo es de los mejores compañeros que he tenido en cuanto a calidad humana y deportiva. A Colo Colo le entregó muchísimo, no sólo en lo deportivo, sino que en mil temas más. Le deberían haber hecho un homenaje. No fue una buena forma de salir de Colo Colo, por todo lo que le entregó al club. Con Álvaro Salazar aprendimos mucho de él. Le deseo lo mejor en su nuevo club, que le vaya increíble.
¿Qué hace que un arquero como Paulo Garcés falle tantas veces y fracase en el arco de Colo Colo?
Jamás me voy a referir al rendimiento de un colega. No puedo. Es lo expuesto que estamos los arqueros. Desde que soy chico que al arquero se le carga más la mano. Siempre la agarran con uno. Paulo es tremendo portero y mejor profesional. Estoy seguro de que se va a mandar un campañón en Antofagasta.
¿Por qué Colo Colo no logra consolidar un arquero de la casa?
Hay muy buenos arqueros que han salido. Recuerdo a Richard Leyton, Raúl Olivares, Salazar. Hay muchos arqueros que han pasado y casi todos están en otros clubes y han tenido éxito. En mi caso decidí salir para buscar regularidad, ganar experiencia, porque en Colo Colo yo estaba totalmente tapado. Pienso que quieren buscar resultados inmediatos con los arqueros jóvenes y pienso que esto es un proceso largo que se tiene que vivir.
¿Cuál es su principal ambición?
Obviamente, la principal es llegar a la Selección, compartir con grandes arqueros y seguir mejorando. Tuve una opción de México, en Segunda, pero quiero estar cerca de la Selección, mejorar y prepararme para eso.
¿Y una revancha en Colo Colo?
Por respeto a San Luis no puedo referirme a otro equipo, pero en Colo Colo no me fui por rendimiento, sino por otras cosas. Y de un lugar del que uno no salió mal le gustaría tener una revancha. b