"El miércoles, en la negociación parlamentaria, de 16 personas sólo dos eran dirigentes democratacristianos". En las semanas finales de la primaria presidencial, el presidente DC, Ignacio Walker, alerta sobre una supuesta izquierdización del programa de Michelle Bachelet y responde las críticas de su par PPD, Jaime Quintana, respecto al rol que cumplirá la falange a partir del 1 de julio. El ex canciller insiste en que su colectividad impondrá su impronta y que aquello contará con el respaldo de la propia ex mandataria.
¿Siente que, desde un comienzo, la candidatura de Bachelet se inclinó por ideas de izquierda?
Hay un déficit de centro en la oposición y una nave crecientemente estibada hacia la izquierda. Para nosotros ese es un desafío, en términos de ejercer un liderazgo y contribuir a asegurar la gobernabilidad para poder estibar esta nave y enmendar el rumbo en la dirección de una coalición de centroizquierda y no de izquierda. El primer error fue dar por superada, con una especie de ansiedad, a la Concertación sin tener algo que la reemplazara. El segundo error fue el giro a la izquierda. Siempre vamos a insistir en un bloque de centroizquierda. La nueva mayoría debe construirse con el centro y no excluyendo al centro.
En el escenario actual, ¿cree que el centro no tiene cabida en la llamada nueva mayoría?
La candidatura de Bachelet es una candidatura de izquierda, hasta este momento. Por eso es importante la opción de Orrego. Y en este escenario de polarización cobra más fuerza una opción de centro, reformista, progresista y cristiana como la de Orrego, porque la gente no quiere aventuras de izquierda. Cualquier nueva mayoría que prescinda del centro está condenada al fracaso. La mayoría social y política de Chile no está en la izquierda, está en la centroizquierda, y estoy seguro que Bachelet lo entiende así. La DC está ahí para asegurar la gobernabilidad, para contribuir al diálogo. Vamos a defender nuestros intereses.
¿Siente que el respaldo total de la DC a Orrego llegó un poco tarde?
Sin duda. Hubo sectores que no captaron a tiempo la importancia de que la DC compitiera más allá del resultado electoral. No podíamos estar ausentes de la primaria. Punto. Y vamos a marcar en el programa que recién se va a empezar a discutir a partir del 1 de julio, nuestra impronta.
El presidente del PPD, Jaime Quintana, afirmó que la mayoría de los contenidos programáticos ya están más o menos definidos. ¿Comparte ese juicio?
Creo que sus palabras fueron desafortunadas. Nuestra gente percibió un ninguneo que da cuenta de sectores en el PPD que son anti DC. Eso es lamentable porque siempre hemos sido muy respetuosos de nuestros aliados. Muestra un ánimo que nos sorprendió.
¿Pero de qué forma penetran las ideas DC en ese espacio?
Nosotros simbolizamos la Concertación en un arcoíris, que expresa la diversidad de ideas. Eso es lo característico de la oposición, y el programa que ofrezcamos al país, de centroizquierda y no de izquierda, tiene que tener nuestras ideas reflejadas. Ahí debe surgir no un promedio aguachento de sumas y restas, sino una capacidad para darle a la mayoría social y política un cauce de sus demandas que concilien la pasión por la justicia social con el respeto por el estado de derecho. Estoy seguro que si Bachelet gana será la primera en entenderlo. Eso mismo tira por la borda las declaraciones de Quintana que son un ninguneo al principal partido de la oposición.
¿Siente que, tal como expresó Quintana, si Orrego sale tercero la DC no tendrá derecho a vetos o amenazas de ninguna especie?
No somos veto ni amenaza para nadie. No ejercemos presiones ilegítimas. Tenemos una manera de ver la sociedad que enriquece la propuesta de la oposición. Nunca ha habido para nosotros temas vetados, siempre la DC ha mostrado temas de avanzada manteniendo un perfil de centroizquierda, de sensatez, comprometidos con la gobernabilidad, que el país se encause por la vía institucional.
¿Sería un fracaso que Orrego obtenga el tercer lugar?
Estamos luchando para tener un buen desempeño. No sólo en términos cuantitativos, sino cualitativos, en nuestras propuestas. Los 11 ejes de la candidatura de Orrego son un programa de futuro no sólo para la DC, sino para la oposición. Es cierto que Andrés Velasco nos lleva la ventaja en las encuestas, pero él no tiene partido. La DC tiene presencia en 346 comunas y 10 mil voluntarios. Lo que hará la diferencia será la asistencia de un partido articulado.
El PC ya es parte de la opción de Bachelet. A partir del 1 julio, ¿cómo se delinea un pacto de gobierno de la oposición?
Esto requiere de muchas conversaciones, pero lo que sí le puedo asegurar es que la DC no se va a prestar para el terror 2.0 de la derecha, que quiere enarbolar viejas banderas de anticomunismo. Dicho esto, no vamos a mirar para el techo con las profundas diferencias que tenemos con el PC, como el valor universal de los DD.HH., el valor intrínseco de la democracia y el rechazo a toda forma de dictadura. ¿Cómo se hace eso? Conversando. Para mí, la gran duda es esto que el PC anuncia de un pie en La Moneda y un pie en la Alameda.