Ya era hora que el jazz llegara al Barrio Italia. El trompetista Cristián Cuturrufo y el cientista político Alvaro Gómez abrirán este jueves un club dedicado exclusivamente a este tipo de música en el emergente polo del diseño capitalino.
Después de largos meses de búsqueda de un local, el 31 de marzo pasado encontraron el lugar ideal para su proyecto cultural y gastronómico: la esquina de Av. Santa Isabel con Av. Italia.
El nuevo espacio tendrá capacidad para 120 personas y contará con música en vivo de lunes a sábado.
El club resaltará los detalles arquitectónicos patrimoniales de la antigua casona. El estilo será entre contemporáneo y rústico.
Su característica principal será la calidez y la presencia protagónica de la madera. Se dejaron las vigas a la vista, se reparó el piso y la barra y la cocina fueron confeccionadas con maderas nobles similares a las del inmueble original.
"En el escenario se instaló una pantalla led para proyectar imágenes mientras se desarrollan las presentaciones", adelanta Cuturrufo.
También se colocarán parlantes hacia la calle que permitirán escuchar jazz a los transeúntes que pasen por fuera del lugar.
La propuesta incluye un restaurante que tendrá carta de pescados, carnes y mariscos a la hora de almuerzo y cena. Ahí también el público podrá tomar un café en un ambiente informal y relajado y leer diarios y revistas.
Un barrio en alza
Cuturrufo asegura que la llegada a Barrio Italia fue casual. Luego de buscar varios meses una casa esquina con todos los permisos municipales para operar, encontró este inmueble de 200 metros cuadrados. Ahí existió un bar anteriormente, por lo que el arriendo del lugar incluyó todas las patentes.
"Es un barrio emergente, pero que respeta y conserva su patrimonio arquitectónico, concepto que coincide con nuestro proyecto", asegura Cuturrufo.
La cartelera musical tendrá a artistas nacionales e internacionales y los fines de semana se presentará Cuturrufo con su banda e invitados. Según su dueño, la idea es recoger el legado del antiguo Club de Jazz, en Ñuñoa, y de El Perseguidor, en el barrio Bellavista.
El costo de la inversión supera los $ 150 millones y el arriendo incluye la opción de compra del inmueble.
Jazz Corner potenciará una zona de la capital que se ha consolidado como un polo de tiendas de diseño independiente y gastronomía de mantel largo, cafeterías y galerías comerciales instaladas en casonas de fachada continua.
El fenómeno comenzó en 2009 con la llegada de espacios como Italier, Pequeña Italia, Casa Italia y Factoría Tegualda. Una decena de proyectos similares han renovado viejos inmuebles y galpones. En el ámbito cultural, el año pasado abrió el Teatro de la Aurora.