La imagen de una araucaria quemándose, árbol nativo que demora cientos de años en crecer y que es característico de la zona cordillerana de La Araucanía, levantó las alarmas sobre la forma en que se intentará reparar el daño que ha dejado el incendio que desde el sábado 14 de marzo afecta a la reserva China Muerta, y que ha amenaza con expandirse hacia el Parque Nacional Conguillío. ¿Cómo reforestar más de 3 mil hectáreas de bosque nativo?
"Vamos a ocupar material genético de la misma área de las araucarias quemadas", explicó a La Tercera el director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), Aarón Cavieres, y agregó que "la araucaria afortunadamente es muy flexible, se genera con mucha facilidad y es de siembra directa, semilla a semilla, vamos a tener una muy buena regeneración y vamos a poder hacerlo a través de los piñones de los mismos árboles quemados".
La dificultad para controlar el incendio que afecta a los bosques nativos de La Araucanía radica en el lugar donde se produce, quebradas alejadas y lugares altos de la cordillera, donde es difícil llegar por vía terrestre y donde no es posible usar medios aéreos debido a los fuertes vientos, característica del terreno que también dificultará la reforestación.
"La facilidad que tenemos es que la araucaria se genera con mucha facilidad, y que los sectores son muy resistentes al fuego, la dificultad es que son zonas con mucha pendiente que quedan muy distantes, pero se puede hacer siembra y no plantaciones, a diferencia de Torres del Paine donde hay que criar los árboles en un vivero y luego plantarlos", indicó Aarón Cavieres.
El director ejecutivo de la Conaf puntualizó que actualmente hay 15 brigadas del organismo trabajando en impedir que el incendio avance hacia Conguillío, y agregó que pese a que el daño en los suelos será difícil de recuperar, afortunadamente las especies afectadas además de las araucarias, como las lengas, los coigües y ejemplares de raulí son resistentes y se reproducen favorablemente en zonas difíciles.