Ministros de finanzas de las 20 mayores economías del mundo reunidos este fin de semana en México están disparando alarmas sobre el precipicio fiscal en Estados Unidos y los problemas de deuda en Europa, postergando metas de reducción de déficit para estimular el crecimiento económico.

A menos que el fragmentado Congreso estadounidense logre un acuerdo, unos US$600.000 millones en recortes de gastos gubernamentales y mayores impuestos deben entrar en vigor el 1 de enero, amenazando con hundir otra vez la mayor economía del mundo en una recesión. Y eso tendría consecuencias para el crecimiento global.

Pero con las elecciones presidenciales del martes en Estados Unidos, las soluciones al llamado precipicio fiscal fueron postergadas.

"Los mismos estadounidenses reconocen que eso es un problema", dijo un funcionario del G20 que pidió no ser identificado. "La administración estadounidense dice que no quiere caer en el precipicio fiscal, pero en este momento no nos pueden decir cómo exactamente van a enfrentarlo porque el asunto está congelado por las elecciones", agregó.

Recortes tributarios aprobados durante la administración del presidente George W. Bush caducarán en enero, cuando entrarán también en vigor recortes de gastos automáticos diseñados para presionar a los legisladores para lograr un acuerdo presupuestal de largo plazo.

"Lo que continúa siendo crucial es que Estados Unidos no están respetando los compromisos actuales (de reducir sus déficits) y no tiene un plan de consolidación fiscal creíble", dijo un funcionario europeo.

El Congreso estadounidense deberá además aumentar pronto el límite de deuda de la nación para evitar una moratoria. Un consenso inicial sobre la necesidad de una acción urgente para evitar una nueva depresión fue reemplazado por profundas diferencias sobre asuntos como el gasto para estimular el crecimiento y el ritmo adecuado de medidas de austeridad para controlar los altos niveles de deuda.

José Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, dijo que el G20 debe instar a Estados Unidos a evitar despeñarse en el precipicio fiscal, pero añadió que confiaba en que el Congreso lograría algún tipo de compromiso.

"Aún creo que no va a ser aplicado", dijo Gurría en una entrevista antes de la reunión de funcionarios del área financiera del G20, que comienza formalmente este domingo.

Los participantes en la reunión del G20 están preocupados también por los problemas fiscales de Japón y reconocen que compromisos previos asumidos por las naciones desarrolladas de
recortar sus déficits fiscales por la mitad para el 2013 y estabilizar la deuda para el 2015 son inviables. Funcionarios de Estados Unidos y la Unión Europea serán probablemente presionados por sus socios del G20 para implementar los acuerdos de Basilea III sobre regulaciones financieras, la respuesta global a la crisis del 2007-2009.

Pese a la importancia del asunto, una fuente del G20 dijo que Rusia pretende mantener las discusiones sobre regulación financiera a un nivel más técnico cuando asuma la presidencia
del grupo de manos de México al final de la reunión el lunes.

La resistencia de España a pedir ayuda financiera hace temer que la crisis de deuda en Europa pueda golpear más al resto del mundo. Madrid está bajo presión para pedir un rescate, en medio
de dificultades para manejar su elevada deuda pública y el costo de recapitalizar sus bancos. Fuentes de la eurozona dijeron que España podría buscar ayuda financiera en noviembre.

Una fuente oficial dijo el miércoles a Reuters que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha descartado pedir el rescate pero ha señalado que no va a apresurarse a menos que las condiciones del mercado se deterioren significativamente.