Según el candidato del Partido Progresista (PRO), Marco Enríquez-Ominami, esta es la elección en la que más cerca estaría de pasar a la segunda vuelta.
En su tercera incursión presidencial, ME-O sostiene que -según estudios que manejan en el comando- ya habría superado a la abanderada del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, y que está por alcanzar a la carta de La Fuerza de la Mayoría, Alejandro Guillier. Esto, beneficiado por la dispersión de votos entre la gran cantidad de postulantes de la centroizquierda.
Pese a los positivos resultados que prevén desde el comando, donde aseguran que el abanderado estaría entre el 10% y el 12% de las preferencias, en la última encuesta CEP marcaba solo un 4,6% en intención de voto -de acuerdo a la medición del votante probable-, cifra que aumentaba a 6,1% si se considera el 100% de la muestra.
Ese adverso escenario abriría paso a lo que Enríquez-Ominami ha comentado en distintas oportunidades. "Si no somos los elegidos, estaré en la casa de la unidad", ha dicho, asegurando que entregará su apoyo al candidato de la centroizquierda que llegue al balotaje. Además, ha remarcado que "no repetiré el error de 2009", aludiendo a cuando, luego de obtener el tercer lugar, no apoyó inmediatamente al candidato ganador del sector, Eduardo Frei, quien fue derrotado por Sebastián Piñera semanas más tarde.
Desde los partidos que entonces formaban la Concertación siguen sosteniendo que el manto de duda sembrado por ME-O aquella vez fue un factor importante en la derrota de Frei.
"Marco está destinado a ser el gran líder de la centroizquierda y va a cumplir un rol articulador. Lo va a hacer como presidente electo o como oposición, siendo un gran líder de la unidad de la centroizquierda. Estoy convencido de que ese es el rol que va a jugar finalmente Marco", dice el presidente del PRO, Camilo Lagos.
Esto es compartido por los cercanos al ex parlamentario, quienes aseguran que, de no llegar al balotaje, ME-O se concentrará en cumplir un rol decisivo para el rearme de una nueva centroizquierda. En esa línea, a su vez, son varios los miembros del PRO que ven probable que ese partido busque un espacio en un nuevo conglomerado.
Ambas cosas, en todo caso, son vistas como complejas e inciertas en el oficialismo. En ese sector, sobre todo entre quienes apoyan a Alejandro Guillier, resienten las fuertes críticas que Enríquez-Ominami ha lanzado contra el abanderado de La Fuerza de la Mayoría, lo que también complicaría posibles acercamientos del PRO hacia la coalición.
Al ser consultado por si volvería a postular a la presidencia, en caso de ser derrotado, ME-O no cerró las posibilidades. "Los chilenos piden que terminen las jubilaciones indignas, educación gratuita y piden no saber más de noticias que expresen una extrema crueldad del Estado de Chile para con sus niños. Seguiré luchando mientras todos esos flagelos existan", respondió.