El ministro del Interior de India, P. Chidambaram, entregó un balance del conflicto con la guerrilla maoísta durante 2010 y alertó sobre el aumentado los actos violentos de la insurgencia.

Al menos 285 miembros de las fuerzas de seguridad y 171 insurgentes perdieron la vida en choques durante el pasado año, en el que también fallecieron 713 civiles, todos -según la autroidad- a cargo de los maoístas.

"Es aparente que (los maoístas) no sólo han rechazado la oferta de diálogo, sino que han aumentadoo el conflicto", subrayó el titular de Interior.

Las cifras reflejan un notable aumento respecto a 2009 en cuanto a civiles muertos (591 entonces), aunque también arrojan un ligero descenso en el número de guerrilleros y miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos en enfrentamientos, con 219 y 317 respectivamente.

Los maoístas, que han sido calificados como la mayor amenaza interna del Estado por el primer ministro, Manmohan Singh, tienen sus bastiones en el llamado "cinturón rojo" de la India, una franja de territorio en el centro y el este del país. En estos territorios, donde cuentan con campos de entrenamiento, buscan el apoyo del campesinado para imponer una revolución agraria de corte maoísta.