El gobierno australiano era blanco hoy de duras críticas tras el final de la toma de rehenes por parte del clérigo iraní Mon Haron Monis, en la que murieron el atacante y dos secuestrados, y muchos se preguntaban por qué una persona con antecedentes y problemas mentales estaba libre bajo fianza.
Sobre Monis pesaban graves cargos, entre ellos 40 delitos por presuntos abusos sexuales y estar implicado en el asesinato de su ex esposa, pese a lo cual estaba libre bajo fianza cuando realizó el lunes la toma de 17 rehenes en un café del centro de la ciudad de Sydney.
El primer ministro del país, Tony Abbott, admitió hoy que el hombre no estaba en una lista de vigilancia pese a sus antecedentes. Monis era un individuo profundamente trastrornado que "buscó asociarse con el culto a la muerte del EI (Estado Islámico)", señaló Abbott a la prensa.
Entre otras cosas, Monis, de 49 años, había sido acusado de enviar cartas ofensivas a las familias de los soldados australianos muertos en Afganistán, según los medios.
Al ser preguntado acerca de por qué Monis estaba libre y ni siquiera era vigilado, Abbot respondió: "es la misma pregunta que nos hicimos en la reunión del comité del Consejo de Seguridad Nacional".
Pese a ello, el primer ministro argumentó que "incluso aunque este individuo, este individuo enfermo y trastornado, hubiese estado a la cabeza de nuestra lista de vigilancia, incluso aunque se lo hubiese vigilado 24 horas, este incidente podría haber ocurrido de todas formas".
El primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur, Mike Baird, añadió que ha ordenado una investigación acerca de por qué Monis estaba libre bajo fianza.
La policía atacó el Lindt Chocolate Cafe en el centro de Sydney en la madrugada del martes (local) después de que Monis tuviese retenidos a clientes y empleados del local durante más de 16 horas.
El hombre, que había emigrado a Australia como refugiado en 1996, fue abatido y también murieron dos rehenes, una abogada de 38 años y madre de tres hijos que habría tratado de proteger a una amiga embarazada y el gerente del café, de 34 años, quien según los medios podría haber tratado de quitarle el arma a Monis en un momento en que éste parecía haberse quedado dormido.
Esta mañana Australia volvió a verse sacudida por el temor al detectarse un paquete sospechoso en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Canberra, pero la policía informó poco después que se trataba de una falsa alarma. El edificio fue evacuado por alerta de bomba y varias calles en las inmediaciones fueron acordonadas.