"Hay que tener cuidado al sacar conclusiones con información parcial. Este estudio entrega información relevante, pero parcializada, pues se focaliza solo en los alimentos envasados o procesados comprados solo en retail, sin mirar cómo se compone el resto de la dieta de las personas", señala Marisol Figueroa, gerenta general AB Chile, gremio que agrupa a la industria alimentaria, sobre el estudio de mercado de Euromonitor.
De acuerdo a dicha investigación, en la que se analizaron las compras que se realizaron en 54 países del mundo durante 2015, Chile es cuarto en compra de calorías diarias, segundo en obtención de azúcar desde los alimentos y sexto en consumo de sal, entre otros resultados (ver páginas 2 y 3).
"En Chile, cerca de un 30% de la alimentación proviene de alimentos envasados y procesados, mientras que el 70% restante se explica por la ingesta de comida al paso, casinos, preparaciones caseras, etc. ¿Cómo se están comportando estos hábitos? ¿Cuál es esta proporción en los otros países? La ingesta de nutrientes se debe evaluar de manera integral, pues de lo contrario se terminan adoptando medidas ineficaces que pueden tener consecuencias perjudiciales para los consumidores al entregar información confusa o derechamente incorrecta", explica Figueroa.
Sobre la tendencia al consumo de alimentos procesados, señala que es innegable que a medida que avanzan los tiempos los hábitos alimenticios cambian y se adecuan a las necesidades y gustos de las personas.
"Hoy existe una convergencia de tendencias entre lo inmediato, donde las personas requieren productos de fácil consumo y saludables. La industria de alimentos viene adecuándose a esta realidad desde hace años, desarrollando líneas de productos con características nutricionales específicas y en formatos más flexibles para su consumo", plantea.
Para Figueroa es indispensable conocer cuál es la ingesta de calorías fuera de los productos procesados en Chile, así como de los otros 54 países considerados en el estudio de Euromonitor, porque insiste en que la comida al paso es un factor que no se ha considerado debidamente.
"La Ley de Etiquetado apunta exclusivamente a los alimentos procesados y no se hace cargo del 70% restante. Además, contiene definiciones técnicas que no ayudan al consumidor a tomar mejores decisiones al momento de determinar su dieta. Por ejemplo, al medir los nutrientes por 100 gramos y no por porción, que es lo que realmente se consume, se entrega información errónea sobre el real aporte nutricional de estos productos y alimentos muy distintos entre sí, pero que quedan etiquetados iguales", señala Figueroa.
Foco en educación
Oscar Castillo, director de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Finis Terrae, dice que las cifras evidencian el cambio de comportamiento en la forma de alimentarse de los chilenos durante los últimos años y que existe un problema pendiente a nivel educacional.
"Pasamos desde comer alimentos frescos o con mínimos procesos industriales a consumir alimentos ultraprocesados; si bien esto trae ventajas desde el punto de vista de la disponibilidad de alimentos, tiene consecuencias en el consumo excesivo de algunos nutrientes, como azúcar o sodio. Lo que no hemos hecho como sociedad es educar de manera adecuada a las personas en relación a la forma en que debe alimentarse", explica Castillo.
El académico agrega que se han hecho esfuerzos por parte del Ministerio de Salud y las universidades, entre otras entidades, para educar a las personas.
"Sin embargo, no hemos sido capaces de llegar con los mensajes a la mayoría de la población. Una muy buena estrategia sería incluir de manera obligatoria por parte del Ministerio de Educación la alimentación y nutrición dentro de los currículum de estudio en los colegios", plantea.
Carmen Gloria González, nutricionista del Inta de la U. de Chile, coincide en que hay una deuda importante. En cuanto a la educación en nutrición, "no es parte de los programas educativos, en jardines, escuelas, ni a nivel profesional, otros profesionales de la salud que no sean nutricionistas tampoco reciben formación en nutrición, por lo tanto, en la actualidad hay una falta importante. También como han cambiado las costumbres en los hogares, se cocina menos y, por la escasez de tiempo, las personas buscan lo más fácil, todo repercute en que los hábitos se hayan deteriorado progresivamente en las últimas décadas", dice.