El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su homólogo de EE.UU., Donald Trump, se sentaron en el palco presidencial de la Plaza de la Concordia, en París, para observar en primera fila la parada militar en el Día de la Bastilla, que además de ser la fiesta nacional de Francia hoy conmemoraba los 100 años del ingreso de EE.UU. a la Primera Guerra Mundial. Desde allí ambos líderes observaron a la banda militar. Con sus uniformes con botones de oro y sus instrumentos, el grupo, sorpresivamente rompió el tono marcial propio de un desfile y comenzó a entonar la canción Get Lucky del dúo electro francés Daft Punk en colaboración con el cantante Pharrell Williams, un hit que sonó sin tregua en 2013.
Los intérpretes militares se movieron al son de la música mientras Macron sonreía. Al Presidente francés se le vio relajado e incluso hizo un pequeño baile en su silla mientras el público aplaudía y se movía. A su lado, Trump permanecía inmutable, frunciendo los labios y sin mostrar expresión. Pareció no reconocer los éxitos. Y las redes sociales lo notaron: "¿Es que acaso Trump no conoce el éxito 'Get Lucky?".
Pero, de acuerdo al diario británico The Guardian, esto no era una sorpresa. Por varios días los músicos militares de Francia habían estado "entreteniendo a los transeúntes de los Campos Elíseos mientras ensayaban sus pasos de danza", señala el periódico. Algunos miembros de la banda incluso preguntaron por qué estaban tocando "pop". Pero la orden era clara: atraer a la juventud. El Presidente francés tiene 39 años. Trump, que al final aplaudió con entusiasmo, tiene 71.
El Presidente francés llegó al sitio en un auto militar descapotable y saludó a la gente, lo que fue interpretado como un mensaje de desafío contra la actual amenaza terrorista en Francia.
Según el diario The Washington Post, al Presidente de Estados Unidos -durante dos horas- se le vio extremadamente feliz debido a que "ama las paradas militares". Y, al ser el invitado de honor de Macron, tuvo un asiento privilegiado en el palco. Su par galo le dio un espectáculo tras otro; una demostración de la historia y la capacidad militar de Francia.
El desfile comenzó con soldados a caballo a lo largo de la avenida y 200 hombres usando uniformes de la Primera Guerra Mundial. Más tarde se vieron tanques, vehículos blindados, camiones con armas, pequeños jeeps y decenas de tropas. En un momento, nueve aviones de combate volaron por encima de la avenida y del Arco de Triunfo dejando un rastro de rojo, blanco y azul en representación de la bandera francesa. Pasaron docenas de aviones más. "Siempre que las tropas estuvieron delante de él, Trump se puso de pie de un salto y aplaudió con un entusiasmo que superó la respuesta de quienes lo rodeaban", dice el Post. "Por primera vez en meses, se veía relajado y disfrutando completamente", afirma.
Después del desfile, ambos mandatarios se dieron la mano. Si la primera reunión entre los dos en Bruselas en mayo había estado marcada por el fuerte apretón de Macron, hoy Trump se tomó su tiempo y mantuvo el saludo durante aproximadamente 28 segundos. Sin soltarle la mano, comenzaron a caminar y, simultáneamente, saludó, con la otra, a la primera dama francesa.
En el desfile, el mensaje de Macron a Trump fue de amistad. "La presencia de Trump a mi lado es un signo de una amistad duradera, y quiero darle las gracias", dijo el mandatario francés, quien aprovechó la visita del republicano para reforzar su liderazgo global. "Nada puede separarnos jamás… quiero agradecer a EE.UU. por la elección hecha hace 100 años", señaló.
Macron invitó de forma sorpresiva a Trump para asistir a la celebración del día nacional de Francia. El equipo del inquilino de la Casa Blanca se tuvo que mover rápidamente para que Trump estuviera en la capital francesa el jueves.