La inflación anual al consumidor de China cayó a un mínimo de 30 meses en julio, lo que sugiere que el banco central tiene margen para flexibilizar su política adicionalmente tras los recortes de tasas en junio y julio para mantener la economía en camino a cumplir el objetivo oficial de crecimiento para el 2012 del 7,5%.
El Gobierno está encaminado a flexibilizar la política para amortiguar el impacto de los vientos contrarios sobre la segunda mayor economía del mundo, pero debe avanzar con cautela para evitar reavivar los riesgos del sector inmobiliario y aumentos en los precios al consumidor.
La inflación anual al consumidor se moderó a un 1,8 % en julio desde el 2,2 % en junio, según datos oficiales divulgados el jueves. Economistas consultados por Reuters habían previsto que la inflación bajase a un 1,7 % en julio.
"Esta cifra ofrece más espacio para la relajación de la política", dijo Zhang Zhiwei, economista jefe para China de Nomura en Hong Kong.
"Ahora está bastante claro que el IPC será probablemente inferior a la meta oficial del 4 % para el año, por lo que el enfoque de la política para el Gobierno puede seguir
claramente en el crecimiento", agregó.
Las esperanzas de un mayor alivio en China impulsó a los activos de riesgo, con las bolsas de Asia subiendo a un máximo de tres meses y el dólar australiano poniendo a prueba un máximo en cuatro meses y medio.
Los precios al consumidor subieron un 0,1 % en julio respecto al mes anterior, en comparación con las expectativas de una caída del 0,1%.
Sin embargo, hay pocas señales de presiones inflacionarias provenientes de las fábricas. Los datos de julio mostraron que los precios a los productores cayeron en julio un 2,9 % respecto al mismo período del año anterior, un descenso más pronunciado que el pronóstico de un 2,5 % y su mayor declive desde octubre del 2009.
Este marca un quinto mes consecutivo de caída en los precios a los productores, lo que refleja que las presiones están reduciendo las ganancias corporativas y limitando del gasto de capital.